Alerta especialista sobre riesgos de técnicas de reproducción asistida

Ciudad de México.- Con el afán de convertirse en madres, cientos de mujeres que presentan problemas de infertilidad y esterilidad acuden a técnicas de reproducción humana asistida (TRHA), sin embargo la poca información sobre los riesgos que se presentan durante y después de estos procesos hacen que desconozcan la gravedad de exponer su vida y la del bebé, llegando a tener consecuencias graves como el presentar abortos espontáneos o desarrollar cáncer de ovarios.

La especialista en Reconocimiento de la Fertilidad y Planificación Familiar del Hospital Médica Sur Lomas, Karen Jiménez Robles, resalta que estudios de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva indican que el principal riesgo que se presenta durante las TRHA es el síndrome de hiperestimluación ovárica (SHO), que provoca inflamación y dolor en los ovarios, además de acumular líquido en la cavidad abdominal y el pecho, sin mencionar las naúseas que constantemente se presentan.

Puntualizó que dicho síndrome es común en las mujeres, debido al paso obligado para cualquier TRHA, que es la estimulación ovárica.

Agregó que dicho estudio señala que las mujeres sometidas a estimulación ovárica, aparte de presentar el síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO), un dos por ciento presenta un síndrome grave, caracterizado por aumento de peso excesivo, retención de líquidos, alteraciones de electrolitos, exceso de concentración de sangre, el desarrollo de coágulos de sangre, insuficiencia renal o provocar la muerte.

De igual manera, informó que estudios realizados por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, en 2006, se registraron dos mil 753 casos de este síndrome en 26 países europeos, representando el 0.6 por ciento de los tratamientos declarados por dichos países.

En este sentido, Jiménez Robles sostiene que aunque aún no se cuenta con estudios contundentes la estimulación ovárica puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de ovarios, por lo que sugiere a las mujeres que se han sometido a algún tratamiento de fertilización, realicen una visita ginecológica anual con examen de los ovarios.

Otro riesgo común después de los procedimientos de TRHA son los abortos espontáneos en casi el 15 por ciento de las mujeres menores de 35 años, en mujeres de 40 años es el 25 por ciento y en mujeres de 42 años es el 35 por ciento. Lo anterior es consecuencia de la alta probabilidad de fracaso bajo estas técnicas.

Asimismo señala que un inadecuado manejo en las técnicas de recolección de óvulos necesarios para hacer la fecundación, principalmente con la aguja utilizada, puede producir lesiones en los órganos pélvicos provocando serias complicaciones.

Añadió que a nivel obstétrico, dichas técnicas provocan un aumento en la incidencia de embarazos ectópicos (fuera de la matriz), placenta previa, embarazos múltiples y riesgo de parto prematuro. Sin mencionar todos los cuidados intensivos y prolongados que requieren los bebés prematuros, que por su condición llegan a desarrollar enfermedades crónicas permanentes.

Jiménez Robles subraya que las dificultades que presentan estas técnicas no sólo son médicas, sino económicas, afectivas y psicológicas, estas últimas pueden ocasionar trastornos que originen sentimientos de culpa por la muerte directa o indirecta de varios embriones.

Finalmente, enfatiza que podrían evitarse los peligros médicos y psicológicos que provocan las TRHA, si se tuviera un diagnóstico de fertilidad integral sobre las causas que impiden la fecundación, ya que existe una falsa creencia de que las TRHA curan la esterilidad

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