Reclaman desde avioneta muertes a Calderón

California.- Justo cuando Felipe Calderón Hinojosa tomó la palabra en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford, una avioneta sobrevoló el área con una manta en la que se leía: «No más sangre. 40,000 dead!. How many more?» (Cuarenta mil muertos. ¿Cuántos más?, en español).
Sin inmutarse, ataviado con una solemne toga, el mandatario mexicano prosiguió con la lectura de su mensaje a los graduados reunidos en el estadio de la Universidad, una de las de mayor prestigio en Estados Unidos.
La nave sobrevoló durante unos 15 de los 18 minutos que duró el mensaje de Felipe Calderon.
En ese periodo completó alrededor de 12 vueltas sobre el estadio, la mitad de cuyas gradas estaba ocupada por miles de familiares de los graduados.
El fantasma de la guerra contra el crimen organizado asomó en el cielo californiano con esa protesta aérea, el lento vuelo de la aeronave y su perturbador mensaje, escrito en letras y números azules sobre un fondo amarillo.
Los estudiantes que se distraían con el sobrevuelo del pequeño aeroplano concentraban también su mirada en el escenario que se alzó en el césped del estadio, presidido por las autoridades de la Universidad, académicos, alumnos sobresalientes y el jefe de Estado mexicano.
Pero el ruido distante del motor a hélice no perturbó mayor cosa el ambiente, primero de júbilo que acompañaba la llegada de los graduados, después de solemnidad con los discursos de los oradores.
Ataviado también con una toga, el escolta del Estado Mayor Presidencial que custodiaba al presidente de México, capitán Héctor Farías, en algún momento echó una mirada de reojo al aeroplano.
Con todo y el sobrevuelo anónimo de protesta por la muerte de miles de mexicanos por el fragor de la guerra contra el crimen organizado, la ceremonia transcurrió en orden.
Mario Bros y Superman
A temprana hora reinaba la alegría en los alrededores del estadio de la Universidad de Stanford. Con trapos coloridos, llantas salvavidas y gorros exóticos, el grueso de los graduados caminaba sin la solemnidad que supondría portar toga y birrete.
Se notaba un ambiente lleno de colorido, con estudiantes portando disfraces de personajes como Mario Bros, Superman o Superchica.
Otros cubiertos por plásticos enormes que simulaban tiburones, en lo que se conoce como «wacky walks» o caminata loca.
Una universitaria que portaba una bandera con las barras y las estrellas abrió el desfile de los cientos de graduados; metros atrás, otra estudiante alzaba la bandera tricolor mexicana.
Los familiares de los graduados se emocionaron en las gradas. Poco después, cuando el sillerío fue ocupado por cientos de jóvenes con toga y birrete, asomó la figura del presidente de México, acompañado por autoridades de la Universidad.
Calderón pronunciaría el mensaje de graduación para 725 bachilleres, dos mil 167 maestros y mil 54 doctores, 365 de ellos con honores y 263 con distinciones universitarias.
«No teman en navegar en contra del viento y de evitar la ola de mediocridad que paraliza las mejores causas del mundo. Hoy es su gran travesía –Calderón citó al poeta Cavafis– ha empezado, disfrútenla muchos años.
«En el futuro, cuando recuerden este gran momento, sabios y llenos de experiencia, yo espero que encontrarán la felicidad que surge de ser congruente con los valores en los que creen y de vivir acorde a sus ideales, como hoy, cuando la Universidad termina y empieza una nueva vida», deseó el mandatario mexicano.
Y tras la solemnidad de los discursos afloró la alegría: los graduados aventaron al aire sus birretes y se abrazaron emocionados con sus compañeros.
Calderón también se desprendió de su toga y se fue a reunir con mexicanos que estudian en la Universidad de Stanford.
Reforma
0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest

0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x