Continúa desaparecido zacatecano que radicaba en Tijuana

Tijuana.- Transcurrieron ya 126 días desde la desaparición de José Manuel Gutiérrez Castañeda, ocurrida en la colonia Libertad de esta ciudad de Baja California, luego de su presunta detención la noche del 30 de enero a manos de efectivos de la Marina.
Nada se sabe de este hombre originario de Zacatecas, a pesar de la solicitud de información que por medios legales y oficiales se ha hecho para saber de él ante autoridades militares, federales, estatales y organismos defensores de derechos humanos.
“Nos sentimos con las manos atadas, ya no sabemos qué hacer para encontrarlo”, dice su hija María Guadalupe Gutiérrez.
Si acaso lo acusan de un delito que lo presenten, que digan dónde está. Si es culpable de algo, que pague, pero por favor que nos digan en dónde lo tienen”, clama la mujer, luego de más de cuatro meses de realizar una infructuosa búsqueda de su progenitor en procuradurías de todo el país, en instalaciones militares y policiales de esa entidad y federales, además de hospitales y servicios forenses.
Lo último que se supo de José Manuel, quien está próximo a cumplir 67 años, fue que se encontraba tomando cervezas en la calle cuando apareció un vehículo de marinos y supuestamente lo arrestaron. “Se lo llevaron sin más”, revela Guadalupe.
Fue testigo una de las hermanas de la víctima, cuyo nombre pidió omitir para evitar posibles represalias. También, añade, varios vecinos presenciaron los hechos, pero por temor han preferido callarse.
Desde esa noche, explica con documentos en la mano que entregó a El Universal, “comenzamos a buscarlo en las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR) en Tijuana, luego fuimos ante los militares y nada. Pensamos que al día siguiente nos dirían dónde se encontraba, pero fue igual.
Desde ese momento nos entró la preocupación y el pendiente sobre su ubicación, máxime que padece enfermedades por las cuales debe medicarse de forma permanente.
“Mire usted, mi padre bebía. Lo reconozco, pero no tenía ninguna relación con delincuentes o algún delito pendiente. Nunca tuvo antecedentes penales, lo único fue que una ocasión fue detenido por la migra en Estados Unidos y fue deportado”, asegura Guadalupe, quien incluso recurrió a un amparo para obligarse a las autoridades estatales y federales a darle una respuesta oficial, pero en todos los casos la respuesta fue igual: “Nadie se hace responsable de su detención”.
Entre las evidencia de su desaparición aquella noche, sólo un par de botes de cerveza, uno a medio acabar, quedaron sobre la calle donde vivía en la colonia Libertad, considerada en Tijuana una de las de mayor índice delictivo. “Justo cuando desapareció mi padre, se habían visto vehículos de la Marina por las calles de la colonia, incluso hubo cateos en días anteriores y el día de la desaparición pasó cerca un camión, pero igual nadie nos supo dar algún dato sobre la ubicación de él”.
Informa que fueron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, “nuestros abogados José Luis Cobián y Jorge Espino promovieron un amparo, preguntamos en juzgados de todo el país, en procuradurías, ante el Ejército y Marina, pero todo ha sido inútil, nadie nos da razón de él”.
No podemos, añade, dar crédito a que mi padre haya desaparecido luego de que hubo quienes presenciaron su detención, pero hasta ahora las autoridades una y otra vez lo niegan.
“Dígame usted qué podemos hacer ante la autoridad. Nada, son muy poderosos y no podemos hacer nada”.
 
El Universal
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