Oscuros favores a Estados Unidos

MARÍA DEL SOCORRO CASTAÑEDA DÍAZ

Mientras escribo estas líneas, muchas ideas vienen a mi mente e intento ordenarlas para no caer en el error de decir que todo lo ocurrido recientemente en la relación México-Estados Unidos está mal. Sin embargo, me parece que este aparentemente final feliz de lo que a todas luces fue prácticamente un emplazamiento a una guerra comercial, ni es final, ni es feliz. Da para mucho y traerá seguramente otras situaciones difíciles de enfrentar.

Lo único favorable para México, en realidad, es haber evitado un aumento en los aranceles que, como después tuvo a bien explicar el canciller Marcelo Ebrard Casaubond, habría traído consecuencias desastrosas, como la pérdida de 900 mil empleos directos.

“No ganamos todos los puntos que México planteó en la mesa con Estados Unidos, pero sí se consiguió el principal objetivo”[1], dijo el secretario de Relaciones Exteriores en Tijuana, durante el llamado “Acto de unidad en defensa de la dignidad de México”. Con todo respeto a Ebrard, al presidente Andrés Manuel López Obrador y a toda la Cuarta Transformación: no se equivoquen, en realidad no solamente no ganamos, sino que, además, perdimos mucho en cuanto a dignidad y nuestra imagen frente a nuestros vecinos centroamericanos en este momento no es precisamente la mejor.

Para intentar comprender lo ocurrido, habría que recordar una vez más que el origen de las amenazas del presidente Donald Trump está en su convicción acerca de que el gobierno mexicano no hace lo que debe para contrarrestar la migración centroamericana, que en los últimos tiempos en efecto se ha incrementado con las llamadas “caravanas migrantes”, que, de acuerdo con algunas cifras, de enero a marzo de 2019 llevaron a cerca de 300 mil personas a cruzar irregularmente la frontera sur de México con la intención de llegar a Estados Unidos. Se trata indudablemente de una cifra récord, si se considera que el paso de personas provenientes principalmente de países como Guatemala, El Salvador y Honduras en México era de entre 150 mil y 400 mil cada año[2].

El tema es que ese flujo inédito de personas migrantes tiene su origen en condiciones bien precisas, claras y, por supuesto, muy lamentables: la pobreza y la inseguridad. Quienes deciden emprender un viaje a pie, en condiciones penosas, arriesgando la vida, seguramente no salen por placer de su territorio, abandonando todo. Sin pretender victimizar a las personas en tales circunstancias, es imprescindible recordar que, al dejar su país, toman una decisión definitivamente dramática que les trae consecuencias impensables. Pero, sobre todo, hay que recordar que, al migrar, no están cometiendo un delito, basta revisar la Declaración Universal de los Derechos Humanos que señala claramente que “todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica” y, por lo tanto “se debería evitar el uso del término “ilegal” para referirse a los migrantes y a la migración, por sus connotaciones negativas asociada a la criminalidad”[3].

El asunto es que las amenazas de Trump a la economía mexicana tienen su origen en lo que él considera una falta de cooperación de nuestro gobierno en los asuntos fronterizos. Y así, el presidente republicano mantuvo su postura de condena hacia las personas migrantes, lo que indudablemente le permite también sostener su imagen frente a sus simpatizantes, con miras a las elecciones del próximo año.

Y he ahí uno de los puntos más lamentables: las ambiciones políticas de Trump lo hacen imponer su autoridad en uno de los temas más sensibles que afectan a muchas personas vulnerables, pero no sólo: ahora cuenta con una forzada complicidad del gobierno mexicano, que para salvarse el pellejo ha tenido a bien obedecer a pie juntillas lo que el presidente de Estados Unidos exigió.

Así que no solamente “no ganamos todos los puntos”, como dijo Marcelo Ebrard, sino que perdimos realmente mucho cuando nuestro gobierno, como manso corderito frente a los vecinos del norte, pero como lobo ante los vecinos del sur, asumió el compromiso de desplegar elementos de la recién creada Guardia Nacional en la frontera sur. Eso, además de aceptar las solicitudes de asilo de las personas que sean devueltas por el gobierno de Estados Unidos. En pocas palabras, México le quita de encima al gobierno de Estados Unidos lo que tanto parece molestarle.

Por primera vez en mucho tiempo le daré razón a Porfirio Muñoz Ledo, quien durante el ya citado acto en Tijuana afirmó que “lo que es inmoral es el doble rasero de ambas fronteras. En la frontera norte pedimos que nos abran la puerta. Y en la frontera sur se nos pide cerrar la puerta para hacerle un oscuro favor a los Estados Unidos«. Sabias palabras, con la aclaración que el favor no es para la nación, sino directamente para Donald Trump y sus deseos de reelegirse, que de seguir así le serán concedidos por millones de personas que viven pensando que los migrantes son una amenaza para su seguridad y su tranquilidad.

Sinceramente no encuentro mejores palabras para explicar la situación que las de Muñoz Ledo, que, con todos sus defectos, por una vez ha mostrado que sigue siendo un viejo lobo y tuvo el coraje suficiente para hablar así frente a todos los presentes, que estaban ahí en una celebración incoherente e infundada. El resumen más sensato de ese acto sin precedentes que espero de corazón nunca más se repita, dice, a la letra: “no podemos aceptar que la migración sea una palabra maldita, la migración es un derecho humano que debe ser respetado. Así lo consagran todas nuestras Constituciones, desde la de Morelos y en todos los tratados internacionales».

Así, tal cual. No podemos caer en el juego que un solo hombre inicia en Twitter. Muy al contrario, se hace necesario tomar al toro por los cuernos y hacer los suficiente para que la migración centroamericana deje de ser erróneamente considerada un problema y se atienda con otros criterios muy ajenos a los que Trump está imponiendo.

Lo más increíble fue ver a tanta gente mexicana poderosa en un acto tan surreal como incoherente, celebrando lo que nada tenía de gozoso. Ahí estaba, por ejemplo, el normalmente invisible gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo Maza, haciéndole segunda a López Obrador y, en plena “austeridad republicana”, viajando en avión comercial hasta Tijuana, al parecer incluso en clase turista, para mostrar su solidaridad y defender la dignidad mexicana. Como que el mexiquense tiene ganas de caerle bien a AMLO, no vaya a ser la de malas que se acuerde de aquellos extraños movimientos en Banobras y los más de 2 mil 600 millones de pesos derrochados en puras cosas fifí[4].

Por cierto que no se puede negar una cierta división presente en el Partido Revolucionario Institucional, porque mientras Del Mazo se cuadraba ante las disposiciones presidenciales,  Miguel Ángel Osorio Chong, coordinador de la bancada de su partido en el Senado de la República, anunciaba que no tenía intenciones de ir al acto organizado en la frontera, porque, por una parte, no consideraba que el acto pudiera evitar la imposición de aranceles, (como era su objetivo original, hasta antes del acuerdo), y por otra, pensaba que la ceremonia por sí misma habría provocado la risa de Trump. Sobre esto último, indudablemente tiene razón.

Trump es quien es, y claramente hace muy bien su trabajo. Defiende sin consideraciones sus intereses, que cree son los intereses del pueblo al que gobierna, y por eso cada vez con más saña exhibe a sus vecinos del sur, que sencillamente quedan ante sus ojos como súbditos que hacen lo que a él se le pega la gana. Por eso su más reciente y misterioso tweet (sí, de nuevo pido que le quiten el teléfono a ese señor) parece también ofensivo. “México no estaba cooperando en la frontera en las cosas que teníamos, o no teníamos, y ahora tengo plena confianza, especialmente después de hablar con su presidente ayer, de que serán muy colaboradores y querrán hacer el trabajo correctamente”. Como si él tuviera la verdad en la mano para decidir cuando el trabajo es correcto o no. Pero, además, agrega que “es importante destacar que se acordaron algunas cosas que no se mencionaron en el comunicado de prensa de ayer, una en particular. Eso se anunciará en el momento adecuado”[5]. En este punto no queda más que esperar para conocer lo que la delegación mexicana y/o el mismísimo AMLO  entregaron esta vez a los estadunidenses.

Ni hablar. Seguimos siendo el patio trasero de Estados Unidos, pero, sobre todo, seguimos mostrándonos como ese vecino débil, incómodo, manipulable y sobre todo, potencial víctima de chantaje que al parecer siempre va a ceder por esa relación de insana codependencia que desde siempre hemos tenido. Lo peor que puede ocurrir y que tal vez no esté lejos, es que eso que no se mencionó tenga que ver con la aceptación de México para colaborar en la construcción del famoso muro que tanto obsesiona a Trump. Ya nada más eso nos falta.

“El Gobierno de Peña no quiere enfrentar a Donald Trump, han actuado sumisos. Si el Gobierno no interpone en la ONU una denuncia por violación de derechos humanos y discriminación racial, lo vamos a hacer nosotros”[6]. Así se expresaba el candidato Andrés Manuel López Obrador en febrero de 2017. Entonces el de Macuspana obviamente se proponía como un presidente que no tendría miedo ante quien hoy sólo se repliega.

Qué triste es que las personas no tengamos memoria. Qué lamentable que nadie reclame. Qué decepcionante que seamos, una vez más, víctimas de una elección equivocada, porque, a decir verdad, en los temas relevantes, López Obrador no solamente no hace que sus detractores, los fifí, los conservadores cerremos la boca, sino que hasta a sus simpatizantes les está quedando a deber.

[1]Disponible en https://www.jornada.com.mx/ultimas/2019/06/09/no-se-gano-todo-pero-salimos-con-la-dignidad-intacta-ebrard-5998.html

[2] Disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48033101

[3] Disponible en https://www.ohchr.org/Documents/Publications/MigrationHR_and_Governance_HR_PUB_15_3_SP.pdf

[4] Disponible en https://www.sinembargo.mx/24-04-2017/3198710

[5] Disponible en https://www.eluniversal.com.mx/mundo/con-mexico-se-acordaron-cosas-que-no-se-informaron-se-daran-conocer-en-su-momento-trump?fbclid=IwAR10JePKG0Hlef0kHOS4g3SXeCRCr2WKgWaFHyKscw0dp6O9KPVG1_zbTqk

[6] Disponible en https://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=1049104&md5=3cfe7dac765fae5c3801576a9299a403&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe

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