Por diálogo serio y resolutivo, marcha en Guadalupe el 27 de marzo

OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO

No pedimos dinero en efectivo, no queremos moches, no queremos manejar los programas sociales, sólo pedimos que el presupuesto social se traduzca en servicios públicos para miles de guadalupenses organizados en las filas del antorchismo.

¿Por qué acudimos al gobierno municipal? Por qué la ley faculta a los ayuntamientos a ocuparse de los problemas de servicios públicos como agua potable, drenaje, energía eléctrica, alumbrado público, mantenimiento de espacios públicos, etc.

Desde el 11 de noviembre de 2018 se entregó el pliego petitorio de manera personal al presidente municipal Julio Cesar Chávez Padilla para su oportuno análisis, quién se comprometió a dar respuesta de lo que es viable de atender en un plazo perentorio.

¿Cuál ha sido la respuesta a miles de guadalupenses a 7 meses de la actual administración? Ninguna, simplemente sigue en análisis el pliego petitorio.

Dejo asentadas las ideas anteriores a efecto precisar lo que demandamos y cuál ha sido la respuesta, pero atrás de lo anterior han surgido múltiples peripecias de las que me he ocupado en otro momento y que constituyen un auténtico calvario para quienes demandamos atención a elementales demandas.

Luego de la última marcha efectuada el 15 de febrero, donde una vez más fuimos objeto de burdas maniobras y desplantes de funcionarios de primer nivel del Ayuntamiento y después de la incorporación de Julio César Chávez Padilla a sus funciones, acudimos a solicitar una audiencia. De inmediato, sin estar agendados nos recibió José Rodríguez Alcalde, quien recientemente había asumido el cargo de Secretario de Gobierno Municipal, lo cierto es que la reunión transcurrió en un tono amable y de manifiesta disposición de enmendar el rumbo, acto seguido se fijó la nueva fecha para concretar la respuesta al pliego petitorio.

La mencionada reunión se llevó acabo entre argumentos legaloides y con mucha cortesía, pero ni una propuesta sería ni el esbozo de buscar como atender alguna acción en concreto, nos levantamos con el acuerdo de que nos llamarían cuando acabarán de hacer el exhaustivo análisis.

Has transcurrido ya 15 días y no hay ningún acercamiento, y por el contrario de nueva cuenta se invierten recursos públicos para desacreditar al antorchismo y de manera particular a quién esto escribe. Son dos hechos los que muestran claramente que a pesar de nuestra insistencia de que se respete la ley, los funcionarios municipales están empecinados en transgredir la Carta Magna y negar el legítimo derecho a organizarse. Me explico.

En días pasados atendiendo el llamado de acudir de manera individual a solicitar atención, algunas de mis compañeras se presentaron a la oficinas del DIF municipal, a poco rato se presentó una funcionaria de nombre Teresa Torres, ella pidió que levantara la mano quién era de Antorcha, acto seguido vino en serie de llamados a desunirse y separarse de la organización, pues según la burócrata no se requería organizarse ni acudir en grupo, pues el alcalde atendería a título personal, “sin intermediarios”. Bastante corta la memoria de la funcionaria en cuestión, que olvidó rápidamente como la unidad y lucha organizada hizo posible la pavimentación de la calle donde vivía; antes cuando ella lo requería si servía la lucha y reconocía nuestra labor, ahora que por orden de sus jefes debe atacar, la lucha es innecesaria y somos de lo peor. ¡Cuánta incongruencia!

Pero hay más. El pasado lunes se presentó a la colonia Jorge Obispo quién dijo llamarse Flavio Ramírez, subdirector de pavimentación del municipio y luego de ponerse a la orden de la presidenta de la colonia soltó una retahíla de calumnias en contra de mi persona y del Antorchismo. Cito textualmente las ideas más generales lanzadas por el susodicho: “El Antorcho ya no es necesario, ya nadie lo sigue, a él le daba el Gobernador 3 millones de pesos mensuales y sólo repartía 1, hoy las organizaciones se acabaron ya lo dijo Obrador… lo de hoy son las dinastías”. Hay más, muchas más calumnias vertidas por personajes como él, pero lo anterior resulta ilustrativo.

Conviene en primer lugar dejar asentado, que le exijo al funcionario, que de inmediato muestre la evidencia sobre el dinero recibido, según él, de no hacerlo quedará como un vil calumniador, pero acudiremos ante las instancias correspondientes a denunciar el hecho. En segundo lugar y si nadie nos sigue, como señala el susodicho, porque se encarga de calumniar -a que le temen, que la gente haga el recuento de lo que hemos hecho desde siempre y lo compare con las nulas acciones actuales-. Tercero, sobre las dinastías, – ¿Regresamos a la monarquía?- ¿El burócrata es funcionario de obras o promotor del voto?  Está claro, estamos ante una embestida y quienes deberían ocuparse de los problemas de la población, de recolectar la basura o tapar los baches en las calles, ahora abandonan sus tareas para ensuciar a quienes consideran sus enemigos. No se preocupen tanto, por Antorcha hablan los hechos, allí están las decenas de domos, calles pavimentadas, canchas, aulas para escuelas y más acciones realizadas en beneficio de miles de guadalupenses.

No hay de otra. Ante la ausencia de soluciones y la embestida aniquiladora, no queda otro camino más que nuestra legítima defensa.  Exigiremos la solución de las demandas y sigue nuestra lucha como un acto libertario, esto es, la defensa de nuestro derecho a mantenernos unidos, la exigencia a que cese la campaña difamatoria, a que ocupen los recursos públicos en la atención de la gente y en criminalizar a ciudadanos que han aportado desde hace años al bienestar y desarrollo de Guadalupe.

Dirigente antorchista de Zacatecas

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