Entre la luz y la oscuridad, la presidencia de la 4T

LUCÍA LAGUNES HUERTA

Estamos a un tris de tener por fin la terna que le será presentada al Presidente de la Cuarta transformación, Andrés Manuel López Obrador, para designar a la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), nombramiento que será resultado del primer proceso transparente que se realiza, desde su creación, hace 18  años.

Desde que en diciembre pasado los consejos Social y Consultivo del Instituto decidieron abstenerse de aprobar la terna que les fue presentada “por no tener los elementos para la toma de decisión”, inició un proceso de descalificaciones y acusaciones sin fundamento contra los Consejos que representan a los movimientos de mujeres y feministas.

Apelar para que la conformación de la terna para la designación de la cuarta presidenta de Inmujeres emanara de un proceso abierto y transparente, fue para algunas dentro y fuera del Inmujeres, no bien visto.

Desde la creación del Instituto Nacional de las Mujeres en el año 2000, la designación de las titulares quedó entre las negociaciones de los partidos políticos: diputadas y senadoras negociaban la conformación de la terna.

Así, en el gobierno panista de Vicente Fox, fue designada su correligionaria Patricia Espinosa Torres; con Calderón, Rocío García Gaytán; y en el regreso del priismo con Enrique Peña Nieto, Lorena Cruz Sánchez.

En varias reuniones de los Consejos se puso en la mesa la necesidad de crear procesos claros y transparentes para que se conformara la terna de quien presidirá el Instituto, pero fue apenas que se logró un acuerdo, gracias a una acción cohesionada de ambos órganos ciudadanos (los Consejos Social y Consultivo) y de la demanda de varias candidatas y organizaciones feministas.

Por qué no gusta a una parte dentro y fuera del Inmujeres la ruptura de la discrecionalidad, es la pregunta que aún no tiene respuesta pero que pronto empezará a dar luces.

Lo sorprendente será hasta dónde están dispuestas a llegar luego que la encargada del despacho del Inmujeres, presentó una denuncia ciudadana contra los Consejos en la Función Pública (DE-01/2019). Mal precedente para quienes conforman parte de cualquier consejo ciudadano en cualquier dependencia de gobierno pues considerar que quienes integran los consejos son “funcionarios públicos”, tergiversa por completo la función que la sociedad civil busca tener dentro de estos espacios, los contrapesos necesarios, ser escuchadas y tener la posibilidad de incidencia.

Los hechos

Desde que los actuales Consejos del Inmujeres fueron seleccionados en noviembre del año pasado, su participación quedó hecha a un lado en el proceso que ya habían iniciado las autoridades prácticamente desde que supieron que iban a ser gobierno.

Para esas fechas varias aspirantes a dirigir el Instituto ya habían sido entrevistadas por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, un proceso que se mantenía en el anonimato, incluso una de las candidatas que entrevisté, pero que después declinó en el proceso, dudó de responderme la pregunta, pues aseguró que no “sabía si era público” y necesitaba preguntar.

Esa discrecionalidad se vio trastocada cuando los Consejos tanto Consultivo como Social, propusieron un método de selección que implicaba una convocatoria abierta. La resistencia interna argumentó que algo así llevaba mucho tiempo y que urgía nombrar a la nueva presidenta del Inmujeres; por desgracia la urgencia no ayudó para resolver.

El 14 de diciembre en reunión de Junta de Gobierno, ambos Consejos votaron unánimemente la abstención a la terna que les habían presentado. Tan segura la creían, que incluso el abogado del Instituto de las Mujeres, Pablo Navarrete, publicó en su Facebook “que ya se había designado la terna”, cuando el proceso aún no concluía, acto que llevó al servidor público a disculparse nuevamente en el portal por la Fake News.

Aunque no lo parezca, este hecho de unanimidad del Consejo, que ojo, NO rechazó nada pues sólo se abstuvo de votar ante la falta de información, permitió un nuevo encuentro con la secretaria de Gobernación, Sánchez Cordero y ahí acordar que como consejeras iniciarían un proceso para poder  hacer una preselección de aspirantes.

De todo el proceso la Secretaría de Gobernación tuvo conocimiento. Cuando salió la convocatoria, las consejeras solicitaron al Inmujeres apoyo en la difusión. Nada hubo de apoyo. Pese a todo, 30 mujeres se inscribieron al proceso en un acto de confianza en lo que estaban haciendo las consejeras y también de legitimidad.

De ese proceso 7 feministas llegaron a la cuarta etapa marcada en la convocatoria de los Consejos del Inmujeres, de ahí tres fueron las más votadas por las 32 consejeras, sin embargo las 7 feministas serán presentadas ante la Junta de Gobierno el 18 de febrero próximo, para que sean consideradas en  la terna que se le entregará al presidente Andrés Manuel López Obrador.

La diferencia de este largo camino, que pudo haber sido más breve y menos ríspido, es que todo lo que se ha hecho desde los Consejos ha sido de cara a la sociedad, ante el escrutinio público, lo cual guste o no, robustece al propio Instituto y a quien sea designada como la cuarta presidenta del Inmujeres en esta Cuarta transformación que lo que nos prometió  a la ciudadanía fue democracia y transparencia; lo que hasta ahora han hecho los Consejos Social y Consultivo en congruencia con el feminismo y las exigencias actuales.

*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC

Twitter: @lagunes28

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