La Casa de los Perros: Julio César, incapaz para gobernar Guadalupe

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Fue el 17 de marzo de 2011 cuando, a la altura de kilómetro 270 de la carretera federal 54, a la altura de La Quemada, en el tramo Villanueva-Zacatecas, regidores en ese entonces del municipio de Guadalupe sufrieron un terrible accidente que cobró la vida del edil Guadalupe Rafael Gómez García y de una bebé de 10 meses, Isel Badillo Rangel, hija de la también funcionaria Thalía Rangel Herrera.

En la camioneta que volcó, igualmente viajaban Noelia Hernández Zavala y Julio César Chávez Padilla, quienes fueron trasladados al Hospital San Agustín, para recibir atención de sus graves heridas.

julio cesar chavezHoy, a casi ocho años de que esa Trail Blazer Chevrolet roja diera de volteretas por más de 50 metros, derribando una cerca de postes de concreto y algunos árboles, ese incidente resultó ser el pretexto ideal al que Julio César Chávez, convertido gracias a Andrés Manuel López Obrador, en presidente municipal, apeló para solicitar al Cabildo una licencia por tiempo indefinido del encargo que asumió hace apenas 114 días.

A su llegada a la alcaldía, el primer lamento de Chávez Padilla se dejó escuchar cuando criticó a su antecesor, el priista Enrique Flores Mendoza, de haberle dejado las arcas vacías; el expresidente municipal salió a defenderse y le demostró al inexperto primer edil como con poco, había logrado hacer un buen trabajo.

Su impericia lo llevó a enfrentarse a los trabajadores de Limpia, luego que se negó a pagarles su sueldo, lo que originó que nadie recogiera la basura del municipio más poblado de Zacatecas. Con todo y sus dolencias, el presidente municipal tuvo que salir a las calles a recoger él mismo la inmundicia desbordada en las calles.

La torpeza en el actuar de Chávez Padilla, que incluyó la iniciativa de multar a todos los ciudadanos que dejaran la basura afuera de su domicilio mientras no pasara el camión recolector, llevó al secretario del Ayuntamiento, Carlos de Ávila, a presentar su renuncia y mejor regresar a la comodidad de su cargo como regidor; en pocas palabras, vio el barco hundirse y prefirió saltar.

Para terminar, la torpeza de Julio César Chávez al incrementar en más del 60 por ciento el impuesto predial, le acarreó un sinnúmero de quejas de parte de los guadalupenses. Su inhabilidad para enfrentar la presión lo llevó al final a solicitar la licencia que supuestamente iba a pedir a inicios de diciembre, para “aprovechar” las vacaciones de fin de año y no dejar tirado el encargo.

La realidad es que este muchachito que llegó a la alcaldía gracias a las traiciones se topó con la realidad que significa gobernar un municipio tan complejo y demandante como lo es Guadalupe. Se le hizo fácil prometer empleos y obras, por eso a la hora de la hora, no aguantó los justos reclamos y decidió tirar la toalla.

accidente-automovilistico6Julio Chávez confió en que sus padrinos lo ayudarían con carretadas de recursos extraordinarios, lo que hasta la fecha no sucedió. Su ineptitud no le permitió salir del atolladero.

Ahora sabemos que el ex lector de noticias supuestamente sufría de fuertes dolores en la espalda, como secuela del accidente carretero, que no le permitían mantenerse ni de pie ni sentado durante varias horas, es decir, no podía trabajar.

Hoy, su actuar deja en la mesa la urgencia de que los legisladores se pongan a trabajar y presenten una iniciativa para que los candidatos, así como presentan su 3De3, hagan lo mismo con su estado clínico, y evitar que “una enfermedad” los obligue, de ganar la elección, a abandonar el cargo y quede en su lugar, como es ahora el caso de Guadalupe, a un improvisado alcalde suplente, César Artemio González Navarro, que dará cuenta también de su inexperiencia, sólo en perjuicio de los guadalupenses.

Julio César Chávez, con una acción ramplona para evadir su responsabilidad, demuestra lo equivocados que estuvieron todos los que, a ciegas y arrastrados por la avalancha llamada Morena y López Obrador, confiaron su voto en alguien que, a decir del propio presidente municipal con licencia, sabía de su incapacidad para gobernar.

En un video publicado en su perfil de Facebook prometió regresar en breve al cargo. Hoy los guadalupenses le piden que ya no lo haga. Su salud es primero.

Nuevo presidente

Arturo Nahle García fue electo como nuevo presidente de la Segunda Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado, por sus compañeros magistrados Miguel Luis Ruiz Robles y Carlos Villegas Márquez. Poco a poco allana el camino para postularse como serio aspirante a la presidencia del Poder Judicial.

Twitter: @lasnoticiasya @claudiag_valdes

lasnoticiasya@gmail,com

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