La 4T sin prisa y sin postura para la política de género

SARA LOVERA

En la 4T no parece haber prisa para definir la política nacional de género. Hoy hace 45 días que experimentamos un gobierno que con gran prisa ha iniciado sus grandes transformaciones. Sin embargo, desde el 14 de diciembre, última reunión de la Junta de Gobierno para acordar una terna para la presidencia del Instituto Nacional de las Mujeres nada ha pasado.

Hay que decir que el Inmujeres es un organismo autónomo, con patrimonio propio y no depende de Gobernación, forma parte del gabinete ampliado y por eso tiene una Junta de Gobierno, donde el peso de los consejos es tan importante, consejos con mujeres del movimiento que luchó por la creación de esta institución. Por eso no es una secretaría.

Hoy estamos en espera de un acuerdo para la terna de aspirantes y se abra la designación de la nueva titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), pospuesta hasta nuevo aviso por falta de acuerdos. Se sabe que hay un argumento fundamental: falta de recursos para reunir a las consejeras que habrán de asistir, provenientes de las 32 entidades del país, y a quienes hay que sufragar sus gastos.

En realidad, parece un argumento baladí. Y lo es. Todo el proceso se enredó desde el comienzo. Para la transición el gobierno de Andrés López Obrador designó a la hoy secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y a la senadora Martha Lucía Micher, quienes desde octubre estuvieron en reuniones con el cuerpo directivo, encabezado por María Marcela Eternod Arámburu, encargada del despacho y en su calidad de Secretaria Ejecutiva, ya que la presidenta, Lorena Cruz Sánchez, renunció al cargo en marzo para participar como candidata al Senado de la República. Actualmente, forma parte de la dirección del Partido Revolucionario Institucional.

En esas reuniones las comisionadas para la transición recibieron de Inmujeres cuánta información solicitaron. Incluso pudieron examinar los perfiles de las integrantes de los consejos Social y Consultivo, órganos de colaboración del Instituto. Hecho esto, además de reconocer la labor del Instituto se hicieron dos convocatorias para la Junta de Gobierno, órgano rector de Inmujeres, una fallida, otra el14 de diciembre.

Las aspirantes, unas 12, en esos días fueron entrevistadas por la Secretaria de Gobernación quien, indebidamente, no compartió con las consejeras todos los nombres de las aspirantes. Algunas de ellas propuestas por mujeres de grupos, asociaciones, incluso de sus partidos políticos, como el caso de Morena, con tres postulantes; así surgió la candidatura de Nadine Gassman, una mujer experimentada que reúne todos los requisitos, y que, viviendo en Brasil y ser franco-mexicana, parecía no estar en el radar de los grupos de interés, legítimamente preocupados por lo que será la política de género en la actual administración. El Inmujeres es el órgano rector de esa política, que espero no cambie.

Así las cosas, aún en el círculo acotado del feminismo en México, asunto que no importa a la “gran política”, realmente trataron de conversar, convencer y negociar con el nuevo gobierno, los asuntos más urgentes y necesarios para incorporar las preocupaciones de la condición social de las mujeres en los propósitos de la 4T. A las puertas de la casa de transición estuvieron grupos, las que hacen política, mujeres plurales, las antiguas y comprometidas feministas-políticas, como la ex gobernadora Amalia García y la ex subsecretaria Patricia Olamendi, quienes entregaron un documento de lo que debería ser la política de género en la 4T.

Igual grupos de mujeres con temas tan urgentes y preocupantes como la violencia que viven las mujeres a todo lo largo y ancho de este país, un hecho funesto que no para. Eso explica la lucha que dieron las diputadas para no reducir los presupuestos y mantener la estructura institucional creada en el pasado sexenio.

Lo mismo hubo argumentos, declaraciones de otras importantes aspirantes como María Candelaria Ochoa Álvarez, Maricela Contreras Julián, Magdalena García Hernández y, con promoción mediática, la dirigente de las mujeres de Morena, Carol Arriaga García. Todas en una lista de 12, que incluyeron a mujeres de distintos orígenes y entidades del país.

El 14 de diciembre todas las consejeras, cuyo voto pesa, en la reunión de la Junta de Gobierno, hablaron, se quejaron de haber recibido “línea” para incluir en la terna, de donde el presidente decide, a varias de ellas. Especialmente a Nadine Gassman. Las averiguaciones que hice personalmente, señalaron a Malú Micher como la promotora insistente de incluir su punto de vista, no tenía que considerar la de Nadine Gassman en Naciones Unidas, y ¡oh sorpresa! en la terna que se pretendía acordar, apareció, sin aparente sentido, ni nada, la candidatura de Fabiola Alanís Sámano, quien se desempeñó como Secretaria de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres (Seimujer) de Michoacán, y que renunció en pleno proceso electoral para sumarse a Morena. Una muchacha muy activa de Michoacán, según las palabras de Sánchez Cordero, el día de la reunión de la Junta de Gobierno.

Estos dos hechos confundieron, enojaron e hicieron reflexionar a las consejeras. El proceso quedó latente porque todas las consejeras se abstuvieron en el proceso de votación. Algo semejante sucedió hace seis años y Lorena Cruz Sánchez, no fue designada sino hasta enero de 2013, luego que durante semanas hubo discusión e incluso descalificaciones a la nueva presidenta de Inmujeres, quien por cierto hizo del Instituto un órgano realmente de política de género en el sexenio de Enrique Peña Nieto, y durante su gestión sumó a gobiernos estatales, instituciones y grupos de mujeres. Tanto que fue en este sexenio, con su intervención, que se aprobó la paridad electoral, en la reforma política de 2014, y cuando diputadas y senadoras, habían hecho diversas y variadas iniciativas sobre el tema. Ella fue capaz de reunirlas y contribuir a que se hiciera la propuesta desde la Presidencia de la República.

Esto es Inmujeres, la piedra angular de la política de género. Si bien hay asuntos de fondo no resueltos, eso tiene que ver con las resistencias a los avances de las mujeres, tremendas resistencias. Tanto que ahora, los planteamientos de fondo de más de cuatro aspirantes a Inmujeres, de entre quienes podrá, otra vez, surgir una terna, la de la joven morenista, Carol Arriaga García, parecen querer conquistar a la 4T cuando habla de feminismo de élite, trabajo para las mujeres del pueblo, y un largo etcétera.

Me atrevo a pensar que la inmovilidad tremenda para reunir a la Junta de Gobierno, y salir del embrollo tiene que ver con una discusión interna en Morena, que además, no es asunto principal ni para el presidente López Obrador, ni para su equipo. Por ejemplo ha quedado en el olvido, que fue reducido en 28 por ciento el presupuesto para el órgano encargado ese si dependencia de Gobernación para dar seguimiento a los trabajos y acciones que implica la Alerta de Violencia de Género, fundamental porque no paran la violencia y el feminicidio; de un plumazo se desentienden del problema los voceros de la 4T a la hora de planear la Seguridad y la Paz, olvidando a miles de miles niñas y mujeres que hoy están en el mismo riesgo que en el tiempo anterior, y sin reflexión las carreteras, los pueblos y comunidades están poblados de policías federales, integrantes del ejército y la marina, cuyo desempeño ha sido el abuso sexual, el crimen y la tortura, elementos castrenses que tienen presencia entre la comunidad con el pretexto de frenar el robo de hidrocarburos, combatir al crimen organizado y otras acciones, todas discutidas estos días.

La violencia contra las mujeres, esa específica, sólo por ser mujeres, no para. Urgen por ello las definiciones. Disponer, en medio de la prisa de la 4T, de política, actitud, reformas, las que sean necesaria, para actuar. Tener acéfalo al Inmujeres, parece tampoco preocupar a los grupos de interés, ni a las diputadas y senadoras; ni tampoco a las funcionarias de la 4T que han declarado que son feministas o proclives a atender, en integralidad, la condición social de las mujeres. Tampoco hay interés en los medios de comunicación, ni en cientos de periodistas de la televisión y la radio. Hoy la nota es otras y mientras, las cifras de la violencia, la impunidad y la falta de la política de género es lo que hay. Por eso urge resolver la presidencia de Inmujeres, ahora mismo. Veremos.

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