Otras historias de un fraude

LUCÍA LAGUNES HUERTA

El fraude sobre la paridad lo inauguraron los partidos políticos en 2009, cuando obligaron a ocho diputadas a renunciar para que sus suplentes hombres llegaran al poder. Hoy la historia se repite de manera grotesca, al intentar obligar a 43 mujeres chiapanecas a renunciar a sus encargos políticos.

Si para poder mantener los privilegios es necesario violentar la ley, hay que hacerlo. Ese es el mensaje que se envía con estas acciones, a la par se  advierte a las mujeres, que el terreno político que han monopolizado los hombres y que hoy está en disputa, no lo cederán.

A este fraude se le suma otro, el de Manuel Velasco Coello, gobernador saliente de Chiapas, que compitió para senador por Chiapas, que ganó, tomo posesión, pidió licencia y regresó a su estado para concluir su mandato gracias a la alianza entre Morena y el Partido Verde.

En ambos casos coincide el mensaje: para mantener mi privilegio estoy dispuesto a todo, legal o no, legítimo o no. Esta es la práctica que durante años ha mantenido a los hombres en el poder.

Pero el contexto no es el mismo que en 2009, algunas de las chiapanecas que han sido presionadas para abandonar su cargo, se han negado dignamente a no ceder a la violencia, acción que es acompañada por legisladoras, las que este martes mostraron la fuerza de la acción conjunta al tomar la tribuna de la Cámara de Diputados  y exigir #NoSinMujeres.

Los ataques contra la democracia paritaria en México no pueden quedar impunes; la respuesta de autoridades locales y federales debe ser contundente para poner un alto a la violencia política, señalaron ayer las legisladoras que tomaron la tribuna.

Y no es casual, ni una exageración, sino una exigencia real porque la violencia política contra las mujeres se ha ido recrudeciendo en medida que las mujeres han ido avanzando en la defensa de sus derechos políticos.

Si miramos sólo hacia el pasado proceso electoral los atentados contra candidatas son un llamado a la acción. De acuerdo con el informe sobre violencia política en el proceso electoral las candidatas y sus familias fueron violentadas e incluso 17 candidatas fueron asesinadas.

La paridad hoy no es un regalo, ni una concesión, tampoco es resultado de un partido político, sino de la lucha de las mujeres en por lo menos tres siglos.

Ninguna de las 43 mujeres puede dimitir de su encargo producto de la violencia que se ejerza. Ningún hombre puede ocupar un encargo público como resultado de la violencia que él o sus seguidores ejerzan.

La autoridad no puede mirar para otro lado, su obligación es cumplir con el Estado de derecho y hacer cumplir la ley, ni más ni menos.

Rey de corazones

Dice la doctora Fina Sanz que el sexismo de las expresiones lingüistas está incorporado y reproducido por mujeres y hombres. Tomar conciencia de ello es fundamental para utilizar el lenguaje como una forma de liberación que favorezca el cambio de nuestras propias estructuras internas y ejerza una acción sobre las relaciones personales y la estructura social.

*Periodista y feminista, directora general de CIMAC.

Twitter: @lagunes28

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