Juventud resiliente: Abstención

RODRIGO RODRÍGUEZ OLVERA

El poder legislativo federal en nuestro país se conforma por los senadores y diputados. Ellos son nuestros legisladores y se encargan de hacer, modificar o eliminar leyes desde las cuales se expresan nuestras garantías individuales, nuestras obligaciones, la estructura política del país y en general la normatividad para garantizar el adecuado desarrollo político, social y económico del país con orden y paz. Además de lo anterior, tienen la gran responsabilidad de aprobar y evaluar año con año, la ley de ingresos y de egresos, desde donde se determina el dinero que obtiene el gobierno mediante nuestros impuestos, la forma en que se gastarán y la evaluación de dicho ejercicio, así como el rumbo en la política exterior y ser el poder independiente que coadyuve con el ejecutivo para la sustentabilidad del país.

Se presenta un orden del día y se desahogan los puntos en donde cada legislador vota a favor o en contra o usa la terrible abstención. Si bien como todo en la vida no es negro o blanco y hay tonalidades medias, en la labor legislativa debería de suprimirse las abstenciones. Se supone que los legisladores cuentan con la capacidad de elegir por sus representados es decir el pueblo de México.

Existen posturas complicadas de temas espinosos, sin embargo, el legislador en la teoría está capacitado por velar por los intereses que favorezcan al pueblo, decir votar sí o no, con su explicación tacita y comprensible, pero eliminar la mediocridad del votar por una abstención que lejos de verse como una decisión que abona a la mediación se ve como una acción incapaz y carente de inteligencia social.

Hasta ahora los legisladores zacatecanos han optado por votar a favor o en contra de los puntos del orden del día en la cámara alta y en la baja, siendo responsables de sus decisiones y apartados de una mediocridad que representa votar por un abstencionismo, que representa eso, una invisibilidad e ineptitud legislativa, por cierto, los legisladores de Zacatecas son un número histórico que tienen la oportunidad, algunos de ellos, no solo de decidir el rumbo de la tierra minera, sino de todo el país. Al tiempo.

Nos leemos la próxima si Dios, adiós.

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