La Casa de los Perros: Traidor y rajón
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Las encuestas en las que se predice un triunfo abrumador de Saúl Monreal Ávila, como candidato a la Presidencia Municipal de Fresnillo, por la coalición Juntos haremos historia, sacaron a flote la desesperación, el enojo y, sobre todo, el hartazgo del diputado federal con licencia, y hoy aspirante a gobernar, otra vez, El Mineral, el siempre controvertido Benjamín Medrano Quezada.
Cuando el alcalde con licencia Pepe Haro de la Torre –en Fresnillo es costumbre muy bonita y arraigada que los políticos dejen a medias el cargo para chapulinear en busca de otro, y otro y otro–, dejó botada la candidatura a la alcaldía por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), su molestia fue más que evidente.
Con mucho sentimiento posteó en su cuenta de Facebook que no se retiraba “por imposiciones ni por desacuerdos con mis amigos y amigas candidatos, me retiro por respeto y compromiso con mi Municipio, hay decisiones que no comparto, la indisciplina se premia y Fresnillo debe ser tratado con respeto y como lo que es, el municipio más importante del Estado”.
Y es que, todos lo saben, mientras José Bonilla Robles y toda su parentela sigan teniendo el control del tricolor en Fresnillo –y dicen muchos que en todo Zacatecas–, y no haya un líder con los suficientes pantalones y calidad moral, algo harto difícil en el Revolucionario Institucional, para ponerle un alto al cacique, las cosas en el otrora partidazo simple y sencillamente no funcionarán.
Pepe Haro, conocido en Fresnillo como el empleado en turno de Don Pepe Bonilla, se cansó de seguir siendo su lleva y trae, su chalán pues, y por ello emprendió nuevos caminos y, tristemente, ahora se convirtió en el lleva y trae, el chalán pues del otro cacique: Ricardo Monreal Ávila.
Cuando el alcalde con licencia vio que el barco se hundía mejor corrió y buscó abrigo con Saúl Monreal, y toda su parentela, y ahora, según Benjamín Medrano, sólo va a Fresnillo a confundir a la sociedad, como si los fresnillenses se chuparan el dedo.
Hoy, Benjamín Medrano, ya con el agua hasta el cuello y con el desprecio de la mayoría de los habitantes, y obviamente de las madres solteras y sus hijos “delincuentes”, sale a responsabilizar de su derrota, por lo visto ya aceptada, a José Haro de la Torre, como si la nueva adquisición de Morena tuviera los hilos de la política de Fresnillo en sus manos. Si no pudo ni gobernar, cómo sería definitorio en una elección muy bien trabajada por el menor del clan Monreal.
Por lo pronto, El Benjas Medrano, sin el consuelo y sabio consejo de su madrina, la actriz Carmen La Corcholata Salinas, enfoca sus energías en “el traidor y rajón” de Pepe Haro, al que ahora quieren convertir en el villano favorito, culpable no sólo de las lluvias y los vientos, sino también, ya de paso, de la inseguridad, del nulo desarrollo de Fresnillo y, claro está, “de todo el desmadre qué hay”.
Mientras, Javier Torres, supuesto alcalde interino, tiene que dedicarse, según Medrano Quezada, a “recoger la basura” (aunque no dijo bien en dónde ni cuál), a dar seguridad, vaya ironía, y de paso, meter en cintura a los burócratas que andan, mañana, tarde y noche, trabajando con todo a favor de Saúl Monreal, quien ya se vio sentado en la silla que ocuparon sus hermanos Rodolfo y David.
Experiencia probada
Quien continúa con intensas giras por todo el territorio estatal es la candidata al Senado de la República, Claudia Anaya Mota, abanderando al PRI, al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y a Nueva Alianza.
A pesar de las adversidades que se viven al interior del tricolor, y del pleito casado con el otrora hermano mejor y super querido, el Verde Ecologista, la diputada federal con licencia le ha apostado a la unidad y, sobre todo, al trabajo realizado durante muchos años.
Ahora que se habla del voto útil, son muchas las voces que se decantan por aquellos candidatos que tengan experiencia, que no vayan a una Tribuna como la del Senado de la República, a aprender. De becarios ya estamos cansados.
Esa es pues la fortaleza de Claudia Anaya frente a su competidora más cercana, Soledad Luévano, de la coalición Juntos haremos historia, a la que sólo apoya el Tsunami Morena.
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