En México, 12 millones de personas son víctimas de trata

SARA LOVERA

En 8 meses, desde que comenzó formalmente la campaña electoral, han asesinado a 11.5 personas de la política cada mes.  93 en total. Y  en el segundo debate presidencial ninguno de los 4 hombres en contienda han sido capaces de hablar siquiera, ya no de proponer, qué  les dice la espiral de violencia que ha llegado a sus partidos, oficinas, espacios territoriales donde actúan y hasta en sus propias casas.

No los cimbró ni un instante la pregunta vehemente que hizo Yuriria Sierra, una de las conductoras del segundo debate al tocar y explicar el problema de la trata de niñas y mujeres. Yuriria puso ejemplos, hasta, diría, se emocionó. Como respuesta nada. Pregunta dirigida al Bronco, Jaime Rodríguez Calderón, ex gobernador de Nuevo León, candidato independiente, cierto,  pero los otros tres hicieron como que  no escucharon.

En la lista de preguntas en un debate cuyo centro era la frontera, las relaciones con Estados Unidos, la seguridad y las drogas, no hubo una sola expresión sobre los y las desaparecidas, los familiares que viven los efectos de esa violencia, el coyotaje,  las madres buscando a sus hijos e hijas. Nada.

Es como si los atacara la mediocridad más ruin. En México, 12 millones de personas son víctimas de trata, 10 por ciento de la población; 79 por ciento son utilizadas para explotación sexual, 18 por ciento para explotación laboral y 3 por ciento para extracción de órganos. Sucede en las fronteras. Pero estos personajes, uno de los cuales puede ser el nuevo presidente de México no tienen nada que decir ¿Cómo?

México, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, es un país de origen, tránsito y destino de la trata de personas y este delito se da a través del Norte y Centroamérica con fines de explotación sexual y trabajo forzado. Los grupos más vulnerables del delito en México incluyen a mujeres y niñas/os, personas migrantes indocumentadas, personas indígenas, campesinas, trabajadores/as informales, jóvenes y personas analfabetas o con bajos niveles educativos.

La trata, además,  es el segundo delito en importancia económica luego del tráfico de drogas. Tanto la migración desde países en el corredor Centro Americano como desde otros países más lejanos, por el cual los inmigrantes buscan realizar el sueño americano, reciben amenazas por los carteles mexicanos que secuestran personas, piden dinero a sus familiares a cambio de su liberación, y muchas veces terminan trabajando para estas organizaciones criminales y las mujeres terminan explotadas sexualmente en manos de estas redes.

Asimismo México es un país que provee de víctimas de trata a Estados Unidos siendo el segundo proveedor luego de Tailandia. Esto ocurre de tal manera que las rutas de migración hacia Estados Unidos coinciden con las de mayor concentración de trata en este país. La pregunta era trascendente. Pero se pasó de largo, ni siquiera de inmutaron, no dijeron  nada. El problema tampoco es motivo de análisis de las mesas de la comentocracia.

Yuriria cometió el error de decir que era una pregunta para la única mujer que estuvo en la contienda, Margarita Zavala, quien renunció. Pero aún ello, tendría que haberlos convocado. Pero no. Para nada.

Qué podemos pensar de estos hombres, algunos de los cuales siguen mirando a las mujeres como “reinas del  hogar”, a quienes les ofrecen “tarjeta rosas”, “apoyos económicos”, apuntalar su maternidad, sin discutir sus derechos. Realmente a 41 días de la emisión del voto, nos dejan desoladas, sin alternativa alguna.

Los datos y los hechos son contundentes. Para los presidenciables es como si estuvieran atacados de una amnesia colectiva. Incapaces e insensibles o simplemente engrupidos de poder.

Este segundo debate se trataba de eso. Y de lo que hablaron fue de cómo van a hablar con Donald Trump, “machitos” que se enfrentarán; que dicen van a dialogar y se deshicieron en explicaciones de “respeto”  y buena vecindad. Apenas tocaron el problema de las armas, y cuando se tocó por encimita  el problema del cultivo de la amapola, nada. ¿Se van a cambiar los cultivos? Sí, cómo no. Cuándo y cómo, ¿quién sabe? El otro conductor, León Krauze repreguntó, vehemente también, las respuestas quedaron cortas. Andrés Manuel López Obrador, habló de su eterna cantaleta; Ricardo Anaya, dijo que debatirá los temas y José Antonio Mead reconoció que hay que resolver el problema de las aduanas, de la gente nada. Esa gente no existe para estos candidatos.

La información, publicada por SemMéxico es atroz. El cuarto informe de violencia política en México 2018, elaborado por la Unidad de Análisis en Riesgos de Seguridad de Etellekt Consultores, es categórico: en 8 meses se han detectado 305 agresiones contra personas de la política y sus familiares: de estas agresiones el 20 por ciento, 70 han sido contra mujeres en contienda o en la administración política o municipal.

De 93 personas asesinadas, 10 fueron mujeres. Las entidades más peligrosas, como el caso de periodistas, son Oaxaca, Estado de México y Chihuahua. Y dice el estudio que en un mes, del 8 de abril al 8 de mayo los ataques crecieron 6.7 por ciento. Asesinatos, secuestros y amenazas a funcionarios/as de las alcaldías, a candidatos/as y a sus familiares. Tremendo. Pero eso no fue motivo de debate. De los 11 secuestros de ese mes, 3 fueron de mujeres candidatas. Lo peor es que 72 por ciento fueron personas de la oposición. Hubiera sido interesante debatir al respecto. Pero no. La conversación se fue al tema del Tratado de Libre Comercio.

Y tampoco se profundizó en nada el asunto del  salario. Los salarios de quienes laboran en México tuvieron un retroceso desde 2006, de acuerdo con los resultados del Informe Global de Salarios 2016-2017 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Las personas más preparadas en México ganan cada vez menos, advierte Observatorio de Salarios y de acuerdo con el estudio, los ingresos laborales de los y las mexicanas disminuyeron hasta 40%, mientras que en otros países como en China, han crecido hasta en 60%. Las cifras puntualizan que la decadencia en México comenzó desde 2008 y en 2015 se estabilizó levemente, pero de cualquier forma continuaron a la baja.

La falta de imaginación de los contendientes es al menos lastimera. No saben qué decir. Y lo más  grave es que las preguntas en el debate fueron muy concretas. Y existe una estrategia plateada para ello, desde el gobierno de la Ciudad de México, que tampoco abordaron. Entre otras cosas porque poco generosos,  son absolutamente  incapaces de reconocer seriamente nada.

¿Cómo votar? Platicando con un grupo de jóvenes maduros, este domingo, antes del debate, me dijeron que anularán sus votos. Es decir, también es mentira el diagnóstico de votantes, mentira que saldrá a las casillas el 60 por ciento de quienes tienen derecho y  obligación de hacerlo.

El escenario es preocupante. Estos señores  han echado a un lado que la mitad de los votos serán emitidos por las mexicanas, quienes conocen muy bien el significado de la violencia cotidiana contra ellas; las mismas que  protestaron en 10 entidades del país porque el ridículo Día de la Madre, como  dijeron, no tenía nada que festejar; las que probablemente saben que ningún candidato entiende nada sobre la igualdad  y están psicológica e ideológicamente en el siglo XIX, viejos cronológicamente y viejos de pensamiento. Con Estados Unidos tenemos que discutir el tráfico de armas, la trata de personas, el maltrato a migrantes de México y Centroamérica; discutir el salario deprimido, la política tramposa de Trump, la canasta básica, los cambios profundos en la política de contención de la violencia y por supuesto la Política Educativa que empezó a recuperarse en esta administración.

Pero no. Ellos están tras el botín y la estulticia. No se les da. Veremos.

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