Cierren las puertas…

JUAN GÓMEZ

Hasta el cierre de esta edición, como dicen los clásicos en el periodismo impreso, el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas había registrado 7,613 candidatos a las presidencias municipales y al congreso del estado, con lo cual culmina una etapa importante del proceso electoral 2018 que nos traerá algunas sorpresas y otras decepciones. 

No es pesimismo sino realismo. No se observa en el panorama de propuestas electorales personajes que tengan madurez, visión de Estado y compromiso con la sociedad zacatecana, lo que ha quedado de lado desde hace muchos años en estas tierras lopezverlardianas. 

Los zacatecanos asisten a una lucha por el control de ciertos espacios territoriales y cotos de poder regional, pero predomina en especial la ambición económica en la mayoría de los contendientes.

El escenario que observamos particularmente en este proceso electoral en Zacatecas, es no solamente el debilitamiento del sistema de partidos (nueve con registro nacional y cuatro estatales), sino la pérdida del rumbo político y la ausencia de un liderazgo que aglutine a las distintas expresiones sociales, políticas, culturales y económicas del estado, para darles confianza y rumbo, en una palabra, conducción. 

Los partidos “fuertes” con registro nacional están fraccionados y divididos. Resienten la ausencia de una mano firme y de una visión que les dé certeza en el presente y en el futuro inmediato. 

El PRI que ha gobernado en el estado y que experimentó la alternancia con el PRD de 1998 al 2010, regresó al poder de la mano de gobernantes que no han militado en este partido, pero que tampoco le aportaron una nueva generación política a la organización. 

La ruptura de la coalición electoral flexible con el Partido Verde Ecologista de México, evidenció la desavenencia entre partido y gobierno, pero además obligó a la dirigencia partidista a improvisar en el registro de candidatos en algunos municipios importantes del estado. 

En dos municipios que son clave para la captación electoral el PRI tuvo que hacer cambios. En Fresnillo, retiró la candidatura de José Haro de la Torre y registró a Benjamín Medrano, ex diputado federal con licencia que ya gobernó a este municipio. Pero en Zacatecas improvisó con el registro de Julio César Nava de la Riva, ex delegado de la Secretaría de Desarrollo Social que carece de experiencia electoral y de trabajo político en la capital. 

Sin embargo el gran perdedor en esta contienda parece que será el Partido Verde Ecologista de México, quien se quedó con la segunda fórmula de la candidatura al senado, pero perdió a uno de sus cuadros valiosos y principal operador político, Víctor Armas Zagoya, quien dio la espalda al senador Carlos Puente, dirigente nacional del Verde, para registrarse como candidato a una diputación local en el congreso zacatecano. 

Víctor Armas se inició en el PRI pero aprendió la operación política en el PRD de Amalia García Medina; estuvo brevemente en el Partido del Trabajo cuando lo controlaban el clan Monreal y después se refugió en el Verde Ecologista, de donde ha salido para regresar a sus orígenes y contribuir al debilitamiento del partido que le dio cobijo en una secretaría en la actual administración gubernamental. 

Al Verde Ecologista en Zacatecas solo le resta apostarle todos sus recursos a su candidato a la alcaldía capitalina, Cuauhtémoc Calderón, empresario restaurantero que entró a la política electoral con tanta fortuna que, en su primera incursión como candidato por Acción Nacional, ganó la presidencia municipal de la capital zacatecana. 

Pero Calderón en aquel episodio rompió lanzas con el grupo hegemónico albiazul “La sagrada familia” y al término de su paso por la presidencia municipal de Zacatecas buscó refugio en el PVEM que lo hizo diputado local en la LXI legislatura. 

Pero las viejas rencillas electorales con el entonces gobernador Miguel Alonso Reyes, lo obligaron a romper con el gobierno y marcharse a Morena, con lo cual quedó “automáticamente” fuera del Verde, como lo dio a conocer Víctor Armas, aunque a su regreso hace unos días se dijo que “había pedido permiso”. 

Hoy Cuauhtémoc Calderón Galván es el aspirante local fuerte del Verde, pero la ruptura con el tricolor debilita su candidatura. El Verde no tiene una estructura sólida en la capital del estado y aunque él tiene carisma y un bagaje político importante, carece de una dirigencia estatal fuerte y que al contrario, hoy está cada vez más diezmada. Todas las decisiones estarán soportadas en sus hombros y en sus recursos.

Acción Nacional también atraviesa por una situación de fragilidad. Su actual dirigente, Noemí Luna Ayala, ha perdido la brújula y su mentor, José Isabel Trejo Reyes, ya le retiró el apoyo que inicialmente le proporcionó. Se ha quedado sola por sus desatinos, inexperiencia y falta de oficio político. Era de esperarse.

Pero de este último apunte hablaremos con mayor profundidad en la próxima entrega. 

Al tiempo.

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