La Hemeroteca Estatal de Zacatecas, una de las tres más importantes de México

Zacatecas, Zac.- A más de 185 años de conformación y de 32 años ofreciendo servicio al público, la Hemeroteca Estatal de Zacatecas está catalogada como una de las tres más importantes del país. Adscrita a la Secretaría de Educación de Zacatecas, a través de la Coordinación de Bibliotecas, y alojada en la biblioteca estatal Mauricio Magdaleno, sirve como valioso repositorio a investigadores, historiadores y estudiantes con un horario de 9:00 a 21:00 horas.

En el gobierno de Alejandro Tello Cristerna, la hemeroteca estatal, compuesta por más de 174 mil 493 periódicos tan sólo en su fondo antiguo, vive el proceso de reubicación de un quinto a un primer piso, además de la creación de un taller de conservación para los periódicos que son el tesoro del conocimiento de la identidad de los zacatecanos y mexicanos.

La importancia de conservar la identidad cotidiana que se generó a través de los periódicos es fundamental para conocer quiénes hemos sido. Eso puede lograrse cuidando la integridad del millón de hojas, que significan 40 toneladas de peso dentro de la principal biblioteca pública de la entidad.

Los documentos siguen siendo consultados por investigadores académicos tanto locales como de otros países, quienes acuden a examinar la rica identidad de Zacatecas y de México durante los siglos, plasmada a través de las líneas que resguarda la Coordinación Estatal de Bibliotecas Públicas del estado.

Según la maestra Josefina Nava Sánchez, responsable de la Hemeroteca, ésta tiene documentos históricos y contemporáneos que se acumulan desde hace 185 años. La Biblioteca en el estado de Zacatecas se creó por un decreto en 1831 y comenzó a funcionar en 1832, a partir de esos años en el reglamento que se hizo para la creación de la Biblioteca hay una cláusula que señala: “y que se suscriba la biblioteca a periódicos nacionales y extranjeros”. Por eso recalca que “a partir de ese año se están recibiendo periódicos diariamente”.

Cuidada en medio de tres siglos

El periódico más antiguo está fechado en 1850. Esto se debe a que Federico Sescosse, distinguido pionero de la labor cultural en la ciudad de Zacatecas, rescató la biblioteca que estaba en condiciones lamentables porque se inundaba en su primera sede, frente a Catedral, en 1832.

Para 1972 había mucha humedad: no de goteras, sino humedad subterránea. Llegó un momento en los periódicos y los libros se mojaron mucho y Don Federico en ese año tomó la decisión, junto con autoridades, para que la biblioteca se cambiara de ahí.

En esa época tuvieron que tirarse muchos libros porque estaban deshaciéndose. Tuvieron que ser descartados y por esa razón sólo se tienen ejemplares de 1850. El ejemplar se tiene en la caja número 1, de formato grande, “El Mensajero”, conservado no precisamente porque haya estado en los mejores lugares para su preservación, sino gracias al clima de Zacatecas, que es frío.

Según la maestra Nava Sánchez, si tuviéramos un clima caluroso, no tendríamos ya nada de material porque no ha estado en los lugares más adecuados. “El Mensajero” está en buen estado, tiene algunos detalles de deterioro pero nada que no se pueda restaurar.

La conservación de documentos

A los usuarios, alumnos de la escuela de Conservación, les explica Nava Sánchez que si el periódico “El Mensajero” ya duró 150 años, con el desarrollo tecnológico que ha tenido el tema de la restauración en este siglo se le pueden dar otros 150 años. Se tiene ejemplares de 1887, “son varios de esas fechas, de ese siglo, son los más antiguos que se tienen en la hemeroteca”.

Con la compra de un microscopio nuevo, especial para analizar las texturas y conformación del papel de los periódicos, se puede atender las enfermedades que padecen esos mismos ejemplares antiguos o contemporáneos.

“Estamos encontrando un gran deterioro en los documentos, no queremos que se nos vayan a perder. Lo que debemos tener en cuenta es que un periódico no es un texto que nos habla de la cotidianidad del momento, sino que una hoja habla más todavía: desde el soporte, tintas, los materiales que lo constituyen, de madera, de algodón, de qué está hecho y a partir de ahí nosotros podemos rescatar ese documento y darle una vida longeva”, expone la maestra Nava.

Lo que urge es tener las instalaciones, equipo y los materiales adecuados. Deben ser elementos principales para mejorar las condiciones de una hemeroteca antes de tener más personal especialista en conservación.

Asegura la maestra Nava que ésta es una preocupación y ocupación para el Coordinador Estatal de Bibliotecas, Simitrio Quezada Martínez, y la Secretaria de Educación, Gema Mercado Sánchez, para saber dónde se instala la hemeroteca y el laboratorio de conservación y así se intensifique el rescate de documentos que están perdiéndose.

Un documento, una obra, es un testimonio. Una hoja de 1914, 1930 o 1940 se analiza desde dos puntos de vista: el contexto y testimonio histórico, del ser y quehacer de lo que sucedía en ese momento. A partir de ahí se recupera la historia, el devenir histórico, y se aprende de lo que se hizo en ese momento. Desde el otro punto de vista, la materialidad, se ve de qué está hecho, de cómo son las tintas, si son iguales de 1850 a 1950; desde la tecnología, la ciencia de esta evolución que ha tenido el soporte de la escritura, que es la memoria de las sociedades.

Ahí está plasmado lo que éramos, en piedra, árbol y papiro, en papel amate, trapos de algodón. “Se escribía en pergamino, papel madera: todo es identidad del ser humano”, precisa Nava Sánchez.

En la Hemeroteca se analiza la constitución de los documentos, de los papeles. Se busca conocer el papel por dentro, cómo está estructurado, biológicamente y químicamente.

“Las sociedades evolucionan y antes no se le daba la importancia a un libro antiguo o un periódico. Ahora ya no se tiran y hemos crecido académicamente para llegar a la escuela de Conservación y Restauración”, celebra.

“Parte de la preservación es apropiarnos de nuestra identidad, de lo que somos y de ahí sacar nuestros valores, rescatarlos a propósito de lo que estamos viviendo”.

Servir a archivos municipales

“Con dos personas como únicos trabajadores del área de Bibliotecas, necesitamos saber qué tenemos y todo lo que tenemos, en formato electrónico, catálogo y se sabe si se tiene un documento en mal estado o que esté en cuarentena”, matiza la docente.

La Coordinación Estatal de Bibliotecas Públicas de Zacatecas está extendiendo su acción, y una de ellas es apoyar a los municipios en la preservación de las fuentes documentales, cómo salvaguardar sus documentos. “Un primer municipio fue Sombrerete, con asesoría. Estamos trabajando de manera conjunta la Biblioteca y la Escuela de Restauración y Conservación. En ese municipio se hizo un diagnóstico para conocer cómo estaba su archivo y acervo ya que tienen documentos desde el siglo 17, hacer un diagnóstico y una propuesta que se hizo”.

En Monte Escobedo también se trata de organizar, porque no sabían cómo cuidar los acervos documentales históricos. “Se encontraron documentos del siglo XVIII, 1820, que es el más antiguo que se encontró ahí y finalmente se presentará la propuesta de rescate integral de los valiosos documentos que ahí se encuentran”.

Estas autoridades municipales tienen conciencia del acervo que se debe conservar en los municipios para que se rescate la identidad propia. “Para las otras demarcaciones se debe hacer consciente al presidente municipal y hasta los niños de primaria y preescolar”.

Hemeroteca estatal, valor que busca reposicionarse

Los usuarios de la Hemeroteca estatal son personas que están cursando posgrados, que están realizando investigaciones para redactar libros y tesis. Son usuarios que tienen un mayor conocimiento, especializado, de las áreas donde se desempeñan.

Luis Gerardo Gallardo Ordóñez, auxiliar de Hemeroteca, sostuvo que ésta es una de las salas más importantes con las que cuenta la biblioteca estatal Mauricio Magdaleno, porque ahí se encuentra la historia antigua y contemporánea del estado de Zacatecas y de la República Mexicana.

Gallardo Ordóñez insiste en que las autoridades de todos los niveles deben dar más importancia a esta área. El bibliotecario recalca que Zacatecas es una de las ciudades que a nivel nacional cuenta con una de las hemerotecas más completas, “después de la de Ciudad de México podría establecerse como la segunda o tercera más completa del país”.

La riqueza de esta área se divide en libros y periódicos. Los libros están en la Biblioteca Histórica de Colecciones Especiales Elías Amador, ubicada junto al museo Pedro Coronel, en el Centro Histórico de Zacatecas, y los periódicos están en la Biblioteca Estatal Mauricio Magdaleno.

La Hemeroteca se conforma en dos colecciones: la Colección Zacatecas y la Colección Nacional. La primera contiene periódicos desde 1879, fecha en que se tiene registrado el periódico más antiguo. “Son publicaciones emitidos por gobierno del estado y por el clero que en esa época eran quienes tenían el poder adquisitivo para sacar un impreso”, declara Gallardo Ordóñez.

En la Colección Nacional se tienen periódicos que datan desde 1850, cuando Benito Juárez era presidente del país.

“Qué mejor que los usuarios, investigadores académicos que consultan estos ejemplares, realicen su obra con el apoyo del material más fidedigno. Los investigadores se dedican a hacer material bibliográfico para extender el conocimiento de todos”.

El bibliotecario agrega que, en el Centenario de la Revolución Mexicana, y en 2014, a cien años de la Batalla de Zacatecas, investigadores de otros países, sobre todo europeos y norteamericanos, acudieron a la Hemeroteca Estatal para nutrir sus investigaciones.

Ambos custodios de la Hemeroteca Estatal de Zacatecas sostienen que lo ideal ahora para proyectar este valioso depositorio es conseguirle un escáner para digitalizar los documentos, “porque los materiales con su maniobrabilidad se desgastan y en el caso del municipio de Sombrerete se determinó comprar uno. Podríamos hacer un convenio para que lo presten a la Biblioteca Mauricio Magdaleno”.

La estrategia implica poner a trabajar el escáner en jornadas intensivas de 12 horas continuas durante una primera etapa de digitalización de documentos a conservar. La adquisición de cuatro computadoras agregaría ventajas para esta tarea, al igual que la mejora de la condición del clima manejable, para la conservación casi natural de los documentos que conforman una identidad digna de estudio y difusión internacional.

LNY/Redacción

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