Una ley para periodistas ¿cuáles?

RAÚL MANDUJANO SERRANO

En medio de esta vorágine de medios y periodistas en la que habitamos, lo que parece no funcionar es una Ley. Y es que lo que forja obligaciones no genera responsabilidades, al menos eso parece ser el mayor inconveniente para impulsar una legislación en materia informativa. La pregunta es ¿cómo regular a ese abrumador fantasma de pseudo periodistas que día a día invade redes sociales y oficinas públicas? Exige derechos, demanda respeto, quiere dinero oficial, contratos con ayuntamientos y dependencias, pero no desea pagar impuestos, no quiere profesionalizarse, no sabe escribir ni expresarse, no entiende normas de comunicación. Es bizarra sí, pero esa mala prensa, aunque duela, le está ganando a la buena prensa.

La visión mexiquense sobre el periodismo y una ley no es clara. No se entiende qué se persigue. Apenas en 2016, “Artículo 19” subrayó que los mecanismos de protección «no han demostrado ser una garantía para detener las agresiones contra la prensa». Y tiene razón. Mire Usted, el presidente Peña, ante un atroz panorama de asesinatos contra periodistas, anunció en mayo pasado cuatro medidas para reforzar la libertad de expresión en México y la labor de los periodistas. Entre estos puntos se establecía un esquema nacional de coordinación con las entidades federativas y protocolos de acción para garantizar la atención a delitos contra periodistas. En el estado de México los asesinatos no son la línea de criminalidad, pero se necesita atender el tema de cuáles son los delitos.

En ese marco, el Congreso local impulsó acá la creación de una legislación para periodistas. De nada sirvió. Se reunieron, hablaron, ofrecieron puntos de vista, sugirieron… Todo fue inútil, y es que mientras no se especifique quienes son periodistas, qué requisitos deberían tener, cuáles son sus obligaciones y crear un padrón de medios con rostro y nombres no es posible hacer nada. Esa prensa fantasma que no reportea, que ni toma fotos, que no investiga, la boletinera, la que publica lo que le pagan o pega, crece cada día más y es la responsable de la mala opinión que se tiene de los medios.

Umberto Eco, refería que “…en un tiempo, el periódico enviaba a sus propios espías a los pasillos de los palacios romanos para arrebatar alguna cautelosa declaración a personas que sabían, hoy debe procurarse alguien que le proporcione, no solicitados, sabrosos dossier de quien, si no se controla la autenticidad, se convierte en amplificador truculento, perdiendo credibilidad…”. Si, así es, quien no investiga, quien no reportea y solo alaba, no es creíble… El periodismo no es el cuarto poder… Sus propios miembros se han encargado de acabar con tal falacia…

Colofón.- La seguridad, un reto nada claro

Mientras degusta de una cazuela de mole de olla, con espinazo de res, elotito tierno y papas rebanadas en cuadritos, acompañado de un agua de limón, el hacedor de los paisajes informativos agradece cualquier intento por combatir el crimen. La coordinación de acciones entre el estado y la federación, anunciada la semana que concluye por el gobernador Del Mazo y el Secretario Chong, advierte si, una lucha frontal, pero también un reto gigantesco.

Para toda enfermedad hay medicinas, terapias y hasta remedios, la inseguridad es uno de esos padecimientos que no parecen darle tregua al paciente. Así que, aún cuando el tratamiento dado a conocer es alentador, tampoco es la panacea que acabe con la pandemia.

Pero el amanuense insiste en aplaudir la intención. Y es que en ella se acompaña el combate al lacerante delito y a la complicidad, esa que penetra las filas de la policía y los hace aliados del crimen y, que a la postre es lo que más ofende a los ciudadanos.

Susurros.- Eruviel, por la dignidad perdida

Susurran que tras 10 meses al frente del PRI en la Ciudad de México, Mariana Moguel presentó su renuncia. Algo enfadada Moguel entregó la estafeta al ex gobernador Eruviel Ávila, a quien subliminalmente le restan la oportunidad de contender por la Presidencia del país y lo llevan a encabezar una derrota más donde el PRI habitualmente pierde…

La del estribo: ¡El funeral de la suegra!

Cuenta el buen Ismael Rojas que al fallecer su querida suegra, llamó a la funeraria para saber el monto del adeudo por los servicios. Le contestaron: “son 150 mil pesos”… Oiga y por qué tanto –preguntó- “Es que usted pidió muchas cosas”. Ok, bueno y si quitamos el brincolín, la carne asada, la cerveza, las edecanes, los dulces, la piñata y el karaoke ¿en cuánto quedaría?… Hasta otro Sótano

Twitter: @raulmanduj

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