Tello sólo gobierna para los de casa

GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ

A unos cuantos días de que el gobernador Alejandro Tello presente su primer informe de labores, los niveles de satisfacción ciudadana que los zacatecanos le otorgan a su gestión son apenas los consecuentes al número de votos que obtuvo en las urnas durante 2016, de acuerdo a la Encuesta Nacional 2017 del Gabinete de Comunicación Estratégica.

En este reciente ejercicio de evaluación de la opinión ciudadana, aprobación de la gestión, confianza hacia la figura del gobernador, y calificación general de su desempeño, el porcentaje de población que dice estar “muy satisfecha” o “satisfecha” de la administración del contador Tello redunda en una tercera parte del total (33%).

En el contexto de elecciones, donde realizo el cruce de datos, esto significa que el gobernador ha mantenido a su base votante (259 mil 908 sufragios) como soporte de los niveles de aprobación y legitimidad con que desempeña el cargo. Al corte censal 2015 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, en Zacatecas existían un millón 579 mil 209 habitantes, matemáticamente el modelo político administrativo del gobierno diferente no ha logrado convencer al resto de la población (67%) que dice sentirse “ni satisfecha, ni insatisfecha”, “insatisfecha” o “muy insatisfecha”.

La tendencia mantiene el curso que había mostrado la calificación del contador en los últimos meses con respecto a la encuesta sobre el desempeño de los gobernadores que realiza bimestralmente el portal de noticias SDPnoticias y México Opina. En estas, Tello concluye el 2016 con un 31.7% aprobatorio, e inicia el primer bimestre de 2017 descendiendo al 30.8%. Hacia el segundo bimestre sube a 33% para luego descender pronunciadamente en el tercer intervalo al 19.3%, calificación que adelantaba los niveles de insatisfacción ciudadana por el incremento en las percepciones de inseguridad en los municipios del estado.

La incertidumbre ciudadana, así como el sentimiento de indefensión y vulnerabilidad por la violencia –según el discurso oficial- desatada entre las bandas criminales, provocaron más tarde la destitución del ex titular de Seguridad Pública, Froylán Carlos Cruz, como aquí se analizó en la entrega del pasado 18 de Julio, titulada “Inseguridad y desaprobación popular”.

Dicha decisión, por su margen tardío, además de nutrir el discurso y la pertinencia de los señalamientos de la oposición en la Legislatura, mostró que la prevención no era la ruta adecuada para enfrentar el fenómeno que ha aumentado exponencialmente con respecto a otros años, tanto a nivel estado como en la federación.

El haber achacado entonces el alza en los índices de homicidios dolosos en Zacatecas durante el primer año de su administración principalmente a un problema de falta de valores en el seno familiar, alejó al gobernador de una buena parte del consenso ciudadano. La sociedad interpretó que el gobierno se desentendía de su obligación de otorgar seguridad, pues eran ellas las responsables de poner a los delincuentes en la calle, mientras que los cuerpos de seguridad se veían impedidos a desempeñar con mayor efectividad sus tareas, situación que no era problema de las autoridades sino del clima de descomposición. A principios de julio la respuesta social al diagnóstico oficial se dejó escuchar claro y fuerte: 19.3% de aprobación, el límite más bajo registrado en apenas un año de gestión.

Pero no es la única ocasión en que el mandatario predisponía un choque frontal con los zacatecanos. Las nuevas tasas impositivas estatales llevaron a una crisis de confianza del estado con la clase empresarial. En aquella lucha entre poderes, los industriales le recordaron que en entidades como Veracruz existía un gobernador dispuesto a ofrecer resultados concretos en términos de combate a la corrupción, y exigían, como se lo exigieron desde la campaña electoral, que el contador buscara el dinero que necesitaba para remediar el problema financiero de Zacatecas sancionando el desfalco que Miguel Alonso propició en las arcas públicas. Tello entonces pidió evidencias de las acusaciones, desentendiéndose así de otro de sus compromisos electorales, en específico con el capital local.

Otro de los frentes de lucha que Tello condujo al ámbito público fue el que en fechas recientes los medios de comunicación locales vivieron desde su trinchera. Las “denuncias” del contador en contra de quien lo renuncia un día sí y al otro también en sus editoriales, llevaron a un terrero completamente ajeno la discusión sobre los instrumentos legales para que la ciudadanía pueda evaluar su gobierno, y así darle validez y legalidad al lema “Si no cumplo, me voy”, premisa fundamental de su campaña. Semanas antes, el contador ya había explotado en contra del director de La Jornada Zacatecas por abrir a debate la posible remodelación del estadio Francisco Villa.

De esta manera Alejandro Tello hoy gobierna sólo para sus votantes. Las batallas con la sociedad zacatecana y sus sectores representativos recuerdan al candidato combativo; empero, no ha asumido su condición de gobernante para la pluralidad.

Twitter: @GabrielConV

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