Las Piezas del Ajedrez: 27 años después

EFRAÍN ESPARZA MONTALVO

Yo lo miraba leer todo, desde los diarios locales y uno que otro de circulación nacional, hasta las revistas más encumbradas y los best sellers del momento, pasando por los libros que a él le parecían interesantes y que adquiría a cambio de lo que fuera; todo lo que llegaba a sus manos se lo “fusilaba” –literal–, sin faltar los manuales de instrucción propios de su trabajo y que tanto conocimiento le dieron sobre el mismo. Fue una verdadera lección de vida que siempre quise imitar.

Me refiero a mi padre, don Mario, a quien desde muy pequeño perseguía por cada rincón de cualquier lugar recogiendo lo que él desechaba tras completar sus lecturas: decenas de materiales que para mí eran como un tesoro, algo más valioso que el dinero porque, aunque modesta, mi vida siempre fue abundante gracias al esfuerzo de mi papá a quien todavía tengo por ídolo. Todo lo que él leía, yo lo consumía, y así se forjó una relación que si bien fue corta en años, resultó larga y dichosa en intercambios y en amor y en conocimiento hasta que él partió de este mundo.

Mi papá murió cuando yo tenía 17 años.

Y fue precisamente unos meses antes de su muerte que me embarqué en esta aventura de intentar escribir para el público. Fue en el periódico Momento (ya desaparecido), cuya redacción se encontraba en la rinconada de la Alameda, de la ciudad capital, al pie de la escalinata del hospital del IMSS. Allí, un 30 de junio de 1990, vio luz mi primera nota periodística, un reportaje sobre el Museo Virreinal de Guadalupe, en el que hacía hincapié sobre el valor histórico del arte novohispano exhibido, lienzos de Miguel Cabrera, Cristóbal de Villalpando, Juan Correa, y José de Ibarra, entre otros; la nota, además de ser la primera de mi autoría, resultó un éxito porque atrajo a visitantes de los vecinos estados de San Luis Potosí, y Aguascalientes, que desconocían de su existencia. Valga decir que el reportaje se publicó también en diarios hermanos de aquellas entidades.

La anécdota de lo sucedido con mi padre fue fundamental toda vez que, gracias a ello, el 30 de junio de este 2017 se cumplen 27 años de que escribo de forma ininterrumpida para diarios, revistas, radio y televisión –guiones–, y muy recientemente para portales de internet como el que me alberga, sin faltar en este modesto andar la elaboración de discursos y documentos prospectivos y de análisis para dos gobernadores, y que han marcado mi periplo periodístico de casi tres décadas.

En la actualidad, como la ya lo dije, es gracias a la generosidad de Claudia Valdés Díaz, y su portal www.lasnoticiasya.com que puedo compartir con ustedes mis análisis sobre el acontecer político y social en Zacatecas, y contribuir desde mi trinchera a la transformación del status quo que tanto anhelamos; no puedo menos que escribir la verdad en cada entrega, decir las cosas como son, señalar lo que está mal y proponer acciones que modifiquen la ruta de lo que está torcido. Muchas personas me impulsan a continuar con esa línea, aunque hay quienes se empeñan en detener lo que consideran lesivo para sus intereses, pero que no han logrado. Seguiré escribiendo por muchos años más, los necesarios para que usted, que me sigue, permanezca convencido de que las cosas cambiarán algún día, que serán distintas y abundantes para nuestra descendencia, aunque nos califique de locos, ¡total, más locura en el mundo no puede haber!

“La verdad os hará libres”, Juan 8:31–38.

De salida 1.- El espionaje. Durante el gobierno de Arturo Romo Gutiérrez, hubo en Zacatecas un temido y despiadado jefe policiaco de nombre Pedro Eliel Carmona Calosi, (director de la entonces policía judicial), cuyos métodos de espionaje eran más efectivos que cualquier tecnología utilizada en la actualidad. El sujeto de marras solía poner “cola” a los periodistas incómodos sin importar lo aparatosa que ésta fuera, y ordenaba que camionetas color blanco se apostaran por días afuera de los domicilios de los perseguidos, y elementos policíacos fuertemente armados les hacían sombra hasta que ejecutaban su macabro plan. Muchos, tal vez decenas de compañeros periodistas sufrieron las consecuencias de hablar de la corrupción y la tibieza en asuntos de estado del gobernador en turno, aunque por fortuna ninguno perdió la vida, como sí ocurre en la actualidad.

De salida 2.- Pan y circo. Mientras que cientos de miles de ciudadanos de la zona conurbada Zacatecas–Guadalupe padecen la escasez en el suministro de agua potable por la ineficiencia del organismo operador, pomposamente el gobierno de Alejandro Tello Cristerna anuncia la compra de una franquicia de basquetbol profesional (Barreteros), en 2.5 millones de pesos, y el apoyo de no menos de 50 millones para el equipo de futbol Mineros. Con esos recursos, bien se podrían perforar por lo menos cinco pozos en el municipio de Guadalupe para robustecer la red de abastecimiento y evitar los consabidos problemas, porque hay que decirlo: agua sí hay, lo que no hay es talento e imaginación en los “funcionarios” del gobierno estatal.

De salida 3.- Cuestión de estilo. El nuevo jefe policiaco, Ismael Camberos Hernández, considera que el armatoste que sobrevuela casi todos los días a baja altura los aires de Zacatecas, inhibe la acción de la delincuencia, aunque poco efectivo haya resultado hasta ahora. Y es que, desde que asumió el cargo en la Secretaría de Seguridad Pública, no hay día que el helicóptero no haga sobrevuelos de reconocimiento y de persecución de delincuentes que antes, según se dice, contaban con la venia del general Froylán, para delinquir y escapar. A ver si la nueva estrategia trae cosas buenas para los zacatecanos.

Hasta la próxima.

El autor es analista.

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