Frente nacional feminista y la contradicción   

SARA LOVERA

* Como periodista tendré que observar y contar lo que sea injusto, abusivo o equivocado, porque como he dicho los 47 años de mi vida profesional: no tomo dictado.

Las fuerzas conservadoras, desde la era de la Ilustración hasta el día de hoy, conspiran contra la vida, la libertad, los derechos y la autonomía de las mujeres. Para contrarrestar a lo largo de la historia las feministas se han organizado, han transgredido las leyes de su tiempo y se han planteado alianzas para avanzar.

Coincido con muchas de las feministas de México, organizadas o no, en que hoy el país se desbarata y con él podrían sucumbir algunos de los adelantos que hemos conseguido en México, particularmente en la ciudad de México como lo es la Interrupción Legal del Embarazo o el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Creo que las fuerzas conservadoras están conspirando contra el avance de las mujeres en los puestos de elección. Eso tiene consecuencias, casi todas de violencia contra las mujeres. También estoy cierta de que la ley, especialmente la que trata de erradicar la violencia, no sólo no se cumple, sino que sus aparatos están en manos, por decir lo menos, inexpertas.

Frente a ese panorama ciertamente necesitamos fuerza. Construir fuerza de mujeres, organizadas, militantes, confiables, decentes, militantes para conseguir, para todas las mujeres una vida libre de violencia y el reconocimiento como personas libres.

En nuestra vida particular, las feministas lo hemos conseguido, y lo digo porque mirándonos 30 años después, la fotógrafa Lucero González y yo, decíamos cuánto el feminismo nos ha permitido dejar de ser víctimas y usar las desgracias de la mayoría de las mujeres para auto defendernos, como militantes o como periodistas. Nosotras no somos el tema, lo son millones de mujeres que están excluidas, en su entorno particular, de las oportunidades, el desarrollo o las libertades. De eso hablamos cuando hablamos de feminismo.

No somos ejemplo. De ahí la importancia de la contradicción planteada al formarse, con éxito, Frente Feminista Nacional, durante una reunión de unas 600 mujeres de 17 entidades del país, más las invitadas a estar y de alguna manera avalar, por haber sido reconocidas. Es decir, 35 mujeres por entidad, es decir menos de un 00.01 por ciento de la población femenina del país. De entre ellas muchísimas mujeres jóvenes y recién llegadas. Todo fantástico.

La idea de crear fuerza, en mi conocimiento, como observadora del proceso, viene de hace tres décadas, con la formación de redes temáticas; sin tres potentes redes de todo el país, no hubiéramos conseguido la ILE en el entonces Distrito Federal; ni los cambios de ley sobre violencia, que comenzaron de manera decidida, cuando ya había algunas transformaciones jurídicas, en 1989 durante un foro en la Cámara de Diputados, donde en forma plural/partidaria, se consiguió la violación equiparada, esa de la que no sabe nada el juez que le dio amparo al porky.

Sin articulación, como ahora le llaman, no hubiéramos enfrentado la andanada contra las excepciones del aborto, que todavía continúa; y sin grupo plural, amplio, no se hubiera logrado la Paridad Electoral, que va siendo materializada, poco a poco.

¿La contradicción? Si. El Frente Feminista Nacional, empujado por un grupo muy compacto, que no forma parte de las organizaciones no gubernamentales con dinero y actuación, pero que hace su lucha, se patrocinó con el dinero de los distintos niveles del gobierno panista y retrógrado de Querétaro, así como del Congreso de Querétaro que tiene mayoría panista, partido que se opone a la ILE, que está en contra del matrimonio igualitario y ha sido promotor, junto a legisladores y legisladoras de otros partidos, de intentar dar marcha atrás a las excepciones de aborto.

También el Frente Feminista Nacional, recién nacido, tuvo apoyos directos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y de algunas muy respetables y militantes mujeres, como la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina, hoy Secretaria del Trabajo de la Ciudad de México.

Lamentablemente esta contradicción me llama mucho la atención. El descuido de las fuerzas progresistas generales, incluidas algunas dentro del gobierno, el PRI y otras formaciones políticas y grupos de poder económico o social, frente a los derechos de las mujeres conducen a esta dependencia. ¿Qué busca el PAN de Querétaro apoyando a estas organizadoras? En el PRD no pasa nada, ahí hay un grupo de mujeres feministas reales y actuantes hace 30 años. ¿Pero y por qué este grupo no buscó recursos en otros lados? ¿Por qué el Senado de la República no las apoyó? ¿Por qué la derecha que quiere llegar a la presidencia se apersona?

Se dirá que exagero. Pero así es. Además la declaración política se asienta en los pendientes más obvios: el asesinato de mujeres y la impunidad, el proceso de aplicación o mala aplicación de las alertas de género, en la declaración de defensa de dizque defensoras, que chillan porque están en su “vocación”; de las periodistas asesinadas, (aunque también hay muchos hombres), que lo son por tocar el poder y ningún discurso en la declaración sobre los poderes, el regreso conservador a través del PAN, sectores del PRI y de Morena; risas cuando pregunté si se volverán partido político.

Muy amables y estrategas hicieron un ejercicio agradecible por donde se vea, reconocer algunas mujeres que han construido las bases de conocimiento y acción del feminismo mexicano contemporáneo, el de los años 70. Alegre de ver a mis compañeras de generación, incluidas muchas de las que por falta de información abogué por ellas absurdamente. Hoy bien incluidas, Teresita de Barbieri, Alma Aldana, Carola Carbajal, Delia Selene de Dios Vallejo, Elena Tapia Fonllem, Elsa Lever Montoya, Patricia Mercado, Estela Suárez, Josefina Chávez, Amalia García, Lucero González, Alma Margarita Oseguera Rodríguez, Beatriz Cavazos Siller, Yan María Yaoyólotl Castro, de entre ciento una.

Difícil nombrarlas a todas. Pero la premiación pensada por el Frente que nos une en historia, incluso en los vericuetos cuando nos equivocamos, en nuestras diferencias de enfoque, incluso unidas por otras contradicciones en el tiempo, vale la pena, pero hay que tener cuidado con las alianzas equivocadas. Recuerdo a un par de compañeras creyendo inútilmente en personajes funestos que las engañaron, de esos que hoy están en Morena o en funcionarios manipuladores, incluso en policías que mienten o precandidatos que las olvidan; engañándose así mismas porque el patriarcado es bien claro: es antiaborto, antidemocracia, antilibertad del cuerpo de las mujeres y profamilia, por tanto, alentador de la violencia contra las mujeres, excluyente y negador de las libertades individuales. Es clarísimo. No entiendo cómo fue esto del dinero del gobierno de Querétaro, ojalá no se equivoquen ni hayan firmado o aprobado compromisos. Deseo que el Frente sea un camino para muchas feministas que realmente quieren la transformación de la condición de las mujeres.

Como periodista tendré que observar y contar lo que sea injusto, abusivo o equivocado, porque como he dicho los 47 años de mi vida profesional: no tomo dictado.

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