Cuando los ‘mal portados’ se convierten en artillería para Trump

RAÚL SILVA TORRES

La detención del hijo del cantante de origen zacatecano, Pepe Aguilar, por el tráfico de personas, hizo estallar las redes sociales con mensajes en contra de este acto cometido por el joven el pasado 14 de marzo.

Muchos internautas externaron su desilusión y molestia porque este tipo de hechos le da la razón al actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que considera a los latinos como delincuentes o “bad hombres”.

De acuerdo a medios estadounidenses José Emiliano Aguilar trasportaba en un vehículo a cuatro chinos a los que les cobraría entre 10 mil y 60 mil dólares por cruzarlos ilegalmente a California por la frontera de Tijuana.

El endurecimiento de las políticas migratorias de Trump, ha puesto en jaque a la comunidad migrante hispana, tras la búsqueda y detención de aquellos que tienen record criminal.

Esto supone una deportación de miles de latinos indocumentados con record criminal, ya sea por asesinato, robo, violencia doméstica, posesión de drogas, e incluso por manejar bajo la influencia del alcohol.

De este lado de la frontera, el sueño americano se ha encarecido. La mayoría de los residentes latinos de Estados Unidos intenta recobrar su cotidianeidad, aunque aún hay temor por la ola de deportaciones iniciadas desde principio de este año.

Los migrantes, muchos de ellos sin estatus legal de residencia, han experimentado una especie de pesadilla. Todos los días, los medios publican el drama al que se enfrentan cientos de familias víctimas de la expulsión.

Diversas asociaciones y agrupaciones comunitarias han publicitado en emisoras locales, redes sociales y páginas de internet, los derechos que tienen los indocumentados si son detenidos por un agente de inmigración.

El llanto, la tristeza y desesperanza se ha encriptado en los hogares hispanos, tras la deportación que ha desmembrado a cientos de familias, pese a que la mitad de los 11 millones de indocumentados, tiene hijos estadounidenses.

Detectar a la comunidad migrante sin “papeles” en Estados Unidos parece ser una tarea fácil para los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) porque se encuentran muy congregados.

De acuerdo a un estudio del Centro de Investigaciones Pew, la mayoría de los 11 millones de inmigrantes latinos radica en cuatro áreas metropolitanas: en Nueva york habita un millón 150 mil, en Los Ángeles alrededor de 1 millón, en Houston hay 575 mil y en Dalas-Fort Worth son 475 mil personas.

Los inmigrantes latinoamericanos se concentran en esas ciudades por las oportunidades laborales y el apoyo comunitario que existe, declaró Jeffrey Passel, uno de los responsables de la investigación.

Algunos de estos centros metropolitanos, como Los Ángeles y Nueva York, ya han declarado su rechazo a la política migratoria de Trump y se han declarado ciudades “santuarios” para los indocumentados.

Los agentes de ICE se han convertido en verdugos de los hispanos al no respetar la detección de aquellos que únicamente tengan antecedentes penales, ya que en su búsqueda han detenido a otros que residentes que pagan impuestos y tiene un modo de vivir honesto.

Numerosos videos de detención de migrantes son difundidos en redes sociales y televisión, donde se muestra el poco tacto que tienen los agentes de inmigración en aparcamientos públicos, entradas de escuelas, viviendas y centros de trabajo.

Este panorama tan hostil ha obligado a legisladores hispanos a tomar medidas preventivas, el asambleísta de California, David Chiu ha advertido que se preparan redadas contra los inmigrantes en los centros de trabajo.

Por ello, presentó la iniciativa de ley AB 450 para proteger a los indocumentados, que contempla exigir a los empleadores a pedir una garantía judicial antes de permitir el ingreso de agentes de ICE a los centros laborales.

También prohibirá al empleador aportar datos confidenciales de sus empleados, si no hay una orden judicial de por medio.

Los migrantes hispanos sin documentos han recibido el apoyo de muchas ciudades de Estados Unidos, que protegen a esta comunidad y se han negado a colaborar con la policía para detener a los mismos.

Esta medida cobra importancia en California, tomando en cuenta que en este estado el 45% de los trabajadores agrícolas son indocumentados, el 30% de los trabajadores de restaurantes y 21% de trabajadores de la construcción son indocumentados, de acuerdo a el asambleísta Chiu.

California sería el primer estado en la protección legislativa de los migrantes, lo cual podría ser replicado en otros territorios como Nueva York, Washington, entre otros, que luchan por la igual y la erradicación del racismo.

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