Alvarado vs Del Real

GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ

En el gabinete del contador Tello hay un tema que polariza opiniones y genera disensos inocultables: la relación con los medios de comunicación.

La reducción del presupuesto destinado a “publicidad” –eufemismo de recursos públicos para sostener las nóminas de las empresas privadas dedicadas a la información- que nace en el acatamiento a la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y Municipios, específicamente en su artículo 15, simplemente no termina de cuadrar en el ánimo de los funcionarios de esta administración.

No son pocos quienes dentro del gabinete prefieren regresar a un esquema de control de las empresas informativas a partir de “convenios publicitarios”, esquema altamente funcional que, por ejemplo, llevó a Miguel Alonso Reyes a gastar más de mil millones de pesos hacia el final de su sexenio para la promoción y cuidado de su imagen en los impactos publicitarios de medios locales y aquellos de alcance nacional.

La lógica de los funcionarios aún no convencidos en la merma de los ingresos de las empresas de comunicación, se mantiene por favorecer ese arcaico estilo de control informativo, y en consecuencia contrarrestan el efecto negativo de la política de austeridad -propuesta por la cabeza de gobierno- buscando dirigir ingresos de sus dependencias y secretarías para algunos espacios editoriales de su predilección.

En buena parte del gabinete no se entiende la relación con los medios a partir de nuevos paradigmas de la relación gobierno-empresa informativa, y no logran concebir un proyecto político sin la complicidad de los medios de comunicación que plasmen realidades moldeadas de acuerdo a sus intereses. El contador Tello ya puede ver cómo una de sus principales directrices administrativas es puesta en duda por sus mismos funcionarios.

Viene a colación dar luz sobre el disenso al interior del gabinete, puesto que fuentes al interior del grupo compacto apuntan claramente al descontento que generan las provocaciones y el desgaste en que, consideran, han caído dos hombres cercanos al contador Tello: Juan Francisco del Real Ávila, jefe de la Oficina del Gobernador, y Héctor Alberto Alvarado Gómez, jefe de la Coordinación de Comunicación Social de Gobierno.

El último capítulo de disputa entre ambos funcionarios, aseguran quienes están al tanto de dicho conflicto, se dio con la publicación de distintas descalificaciones al de Comunicación Social en una conocida editorial de un medio local; medio en donde, por cierto, Héctor Alvarado ha sido cuestionado en diversas ocasiones, una vez que el gobernador comunicó a los directivos de los medios locales la etapa de austeridad en gasto publicitario en que entraba su administración.

Las voces al interior del gabinete advierten que dichas descalificaciones provienen del jefe de la Oficina del Gobernador. Esas mismas voces, en su momento, también adelantaron el conflicto que hoy ha encontrado su cúspide, cuando la efectividad de Juan Francisco del Real al frente de aquella dependencia fue puesta en duda en otras editoriales locales. La información, decían en ese entonces, provenía de la Coordinación de Comunicación.

El tema no es menor e incrementa al paso de las disputas mediáticas que encuentra Alejandro Tello en su ejercicio de gobierno. Una parte importante de los medios locales han dejado atrás el ejercicio informativo y de investigación para abrir frentes mediáticos, a veces de militancias, cuando los errores de la actual administración generan notas que terminan formulándose como propaganda política en las editoriales.

La actitud de los dueños de las empresas informativas no resulta sorprendente. Se percibe más claramente la diferencia entre agencias informativas y empresas de comunicación que cuidan los discursos y la imagen de los actores políticos dependiendo de la cantidad de recursos que el gobierno y sus funcionarios estén dispuestos a “invertir” en sus espacios.

La cobertura que los medios hicieron al enfrentamiento entre células de la delincuencia organizada en el municipio de Nochistlán pasó en apenas 48 horas del vacío informativo (no publicaron datos distintos a los proporcionados de forma tardía por el vocero de Seguridad Pública) a la exigencia de renuncia del gobernador. Unos con mayor énfasis que otros, y los menos tratando de mantener la imparcialidad.

Al final del día la ciudadanía desconoció datos de coyuntura con respecto al fenómeno delictivo, se conformaron con dar la cifra de mil 500 cartuchos de bala percutidos. La muestra fue puesta por los legisladores durante la comparecencia del Procurador Francisco Murillo: los representantes populares carecían de información que les ayudara a explicar por qué sucedió el choque armado en Nochistlán, y más específicamente, por qué sucedió con ese nivel de virulencia. Es consecuencia de tener una mayoría de medios como testigos informativos, no como empresas de investigación alternativa. Testigos que, además, toman partido por las causas.

La gresca entre Héctor Alvarado y Juan Del Real da indicios de un gabinete no cohesionado, y es aprovechada por los medios afectados por la austeridad. A lo lejos los alonsistas sonríen.

Twitter: @GabrielConV

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