Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

Nadie está obligado a imitar modelos de sus antecesores

Por odiosas que las comparaciones puedan ser o parecer, hay ámbitos de la vida en las que resultan inevitables y aunque no son meramente necesarias, algunos, los que se favorecen con ellas, las convierten en mecanismo efectivo de propaganda.

En política son por lo regular un referente, sobre todo cuando se da un cambio de gobierno; el que llega insiste en su discurso de esto no lo había hecho nadie jamás o lo que hemos realizado en un mes, todos los demás lo habían hecho en muchos años… algo así. La contraparte se va por la añoranza y la nostalgia, “cuando estuvimos hicimos aquello y lo otro, pero no tuvo continuidad”.

Aunque el seguimiento de los proyectos debería ser un compromiso por institucionalidad y hasta por conveniencia, hay que decir que ninguna autoridad está obligada a copiar o imitar modelos, sin descartar que repita y haga suyas las cosas positivas.

Nadie muere por eso

La realidad es que nadie va a morir ni ocurrirá nada si el nuevo gobierno determina no colocar la pista de hielo y la llamada villa navideña con la que la administración de José Manuel Viramontes Rodarte innovó exitosamente la temporada decembrina durante los años de su ejercicio.

Pero la comparación es inevitable e incluso podría ser provocada por quienes tienen la ventaja de los buenos momentos que este acontecimiento trajo para la niñez jerezana y de otros municipios.

El problema en todo caso es el inadecuado manejo que el equipo de Fernando Uc Jacobo ha dado al hecho y –por ahora–, no ha sido suficiente argumento de que el costo mayoritario de la pista de hielo lo asumía el gobernó del estado, al que por cierto en el pasado se le daba poco o ningún crédito.

El hecho de que se pretenda sustituir el atractivo con una diversidad de actividades para las familias, difícilmente podrá ser una explicación aceptable, mientras el precedente exitoso del festejo durante los tres años anteriores se mantenga vivo.

Pero tampoco es un asunto de drama; “es que los niños quieren su pista de hielo”, dirán quienes provocan el comparativo entre lo que se hizo en el pasado y lo que se proyecta en el presente y que además hablarán de cifras alegres en captación de visitantes y derrama económica; pero es una absoluta falacia que los niños van a llorar o deprimirse por la tristeza de no tener su pista.

¿Sí podrán con la feria?

Sin el ánimo de ser o parecer pitonizos, no es difícil adivinar el siguiente pasado de la estrategia anti-Uc, en el sentido de que si no pudo emular lo de la villa navideña y la pista de hielo, el paquete de llegarle al nivel de la Feria de Primavera del trienio pasado, será algo cercano a lo imposible.

Aunque en este caso es distinto porque la feria si compete completamente al municipio, por lo que ya hay un interés efectivo no sólo de igualar sino mejorar las tres ediciones anteriores, aunque tampoco hay recursos.

Podremos o no estar de acuerdo con aquello de al pueblo pan y circo, frase de suyo lamentable para toda sociedad, sin embargo una parte importante de la población, no resiste a la atracción del show, aunque una vez terminada la fiesta cuestionen el derroche, la transparencia y hasta el origen de los recursos, pero lo bailado quien se los quita.

Insistimos, nadie está obligado a imitar modelos, aun con el riesgo de quedarse atrás en las comparaciones, pero en contraparte deben aparecer ideas frescas y modernas, que superen y hasta hagan olvidar lo realizado, de esta manera el que se fue, podrá vivir eternamente agarrado a su idea de que hizo la mejor feria de la historia y lo hecho quedará solamente como un buen recuerdo, pero en caso contrario, será un elemento bien aprovechado que dará a quienes se fueron toda la posibilidad política de volver muy pronto.

Inoperancia en algunas áreas

Finalmente, los efectos de estos comparativos evidencian que varios en el gobierno municipal no están haciendo su trabajo y no han sabido responder a la confianza de quien los llamó a colaborar; peor aun, hay quienes ni idea tienen de la función que desempeñan, situación que sus oponentes aquilatan de manera rápida y contundente.

Cuando Fernando Uc pidió de sus colaboradores un compromiso en horario mínimo de 12 horas diarias, lo menos que les estaba pidiendo era eso, medio día efectivo de trabajo; extraño que a estas alturas haya a quien todavía no le cae el 20.

Funcionarios que nos e perdonan su tardecita de descanso o su fin de semana;  puntuales en la salida, a las 15:30 se quede lo que se quede, la entrada puede ser a las nueve o diez, al fin que no checan tarjeta.

Urgen reacomodos de fondo, el tiempo es más coroto de lo habitual y avanza demasiado rápido y otros, de partidos distintos o correligionarios que no encontraron espacio, ya están en campaña.

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest

0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x