En Museo de Guadalupe, exposición «Molinos novohispanos»

Ciudad de México.- Con énfasis en la importancia que tuvo en Zacatecas la introducción de sistemas de molienda venidos de España y de nuevos productos traídos de Europa y de otros lugares del mundo, como el trigo, el ganado ovino, la caña de azúcar y los olivos, se presenta la exposición Molinos novohispanos en el Museo de Guadalupe.

La exhibición destaca la trascendencia que esta entidad mostró como región mezcalera y minera, e integra piezas y recursos museográficos que ilustran los aspectos más relevantes de la molienda y sus cambios tecnológicos desde la época prehispánica hasta la colonial.

Organizada por especialistas de la Dirección de Estudios Históricos (DEH) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que durante cuatro años investigaron exhaustivamente la relevancia del molino en nuestro devenir, la muestra presenta en ocho módulos el impacto de este artefacto en la vida cotidiana, con la consiguiente introducción de materias primas europeas y la incorporación de nuevas formas de producción.

En total se presentan 116 obras, relativas a la arqueología, la escultura, textilería, numismática y platería, además de 25 piezas museográficas elaboradas expresamente para la ocasión, como maquetas. Asimismo, se incluyen 40 gráficos con ilustraciones de los siglos XVI al XVIII del Archivo General de la Nación, y fotografías del Sistema Nacional de Fototecas y de Dolores Dalhaus.

Destacan piezas para la explotación minera, objetos de plata, metates, una figurilla de la diosa del maíz, indumentaria, monedas, litografías, fotografías, algunas plantas de maguey, algodón y nopal, así como maquetas y videos, entre otros objetos.

La historiadora Alma Parra, coordinadora general de la exposición, comentó que el punto de partida es la época prehispánica, cuando la molienda era una actividad primordial entre los antiguos mexicanos para satisfacer sus necesidades de alimentación, vestimenta, ornamentación, intercambios y tributos.

Para la investigadora Inés Herrera, curadora del módulo sobre el maguey, la intención fue poner el acento en la expansión de las haciendas agrícolas en Zacatecas.

“Existen dos áreas importantes de elaboración de mezcal en la entidad: la Sierra de Pinos, donde se hace de un modo más artesanal, y Teúl de González Ortega, al sur del estado; aquí la destilación es de tipo industrial, con un cultivo de maguey parecido al jalisciense, que es el agave tequilana weber variedad azul”.

Se exhiben imágenes de estas grandes haciendas de producción mezcalera, como Saldaña y Trinidad, capturadas por la fotógrafa DoloresDahlhaus, las cuales destacan las diferencias en las formas de fabricación zacatecana.

Asimismo, se presenta un destilador artesanal oaxaqueño, que consiste en dos vasijas de barro, pero esta vez se exhibe con un horno base que hizo el área de museografía para que se aprecie de una manera más completa su funcionamiento.

En el módulo dedicado al olivo, Alma Parra detalló que las congregaciones religiosas eran las únicas que podían sembrar este árbol, del cual cosechaban las aceitunas que después trituraban en un molino de sangre (accionado por la fuerza de un animal), similar al utilizado para la molienda del maguey.

Se incorporan otras fotografías de Dolores Dahlhaus y una pintura del Museo de Guadalupe, que es el retrato del fraile José de Arriaga, quien vivía en el Colegio Apostólico de Propaganda Fide y cuidaba el huerto.

La doctora Consuelo Maquívar, investigadora emérita del INAH, tuvo a su cargo la curaduría del módulo de vestido. Mencionó que abarca desde la época prehispánica, cuando se usaba el algodón, hasta la llegada de los españoles, quienes introdujeron el ganado ovino, la lana y el molino del batán, que utilizaba la energía hidráulica.

Añadió que se incluye vestimenta civil y religiosa, muy vistosa en cuanto a los bordados, las telas y los hilos de seda de colores, procedente del Museo nacional del Virreinato. “Junto a esta nueva colección de indumentaria, se exhibe una escultura del Museo de Guadalupe, que representa a san Joaquín, cuya indumentaria permite apreciar que los diseños de las tallas estofadas barrocas se inspiraban en los textiles”.

Eduardo Flores Clair, coordinador del módulo de caña de azúcar, comentó que se incluye un cazo que se utilizaba para hacer el azúcar, perteneciente al Museo Regional de Cuauhnáhuac (Palacio de Cortés), en Morelos. “Es una pieza de cobre, de casi un metro de diámetro por 80 cm de alto, creada posiblemente en el siglo XIX. Era muy difícil hacer y conservar esos objetos, porque recibían gran cantidad de fuego y eso los deterioraba. Estaban hechos de material que se reciclaba y al final los fundían para hacer otro nuevo”.

En esta sección se aborda también el trabajo de las haciendas azucareras; se exhiben un mapamundi y un video sobre el recorrido histórico de la caña de azúcar, desde Nueva Guinea hasta nuestro país.

En el módulo de la pólvora, también a cargo de Flores Clair, se exhibe la maqueta de una plaza pública con su quiosco, música y un árbol de fuego, y una reproducción de un castillo de fuegos artificiales, a partir de un grabado del siglo XVIII. “El objetivo es mostrar cómo la gente participaba de estas fiestas populares, que aún prevalecen en varias regiones del país, como parte del calendario cívico y religioso”.

En el área correspondiente a los metales, se enfatiza la importancia de Zacatecas como región minera, a través del retrato del hacendado José Rivera Bernárdez, uno de los ejemplos más ilustrativos del desarrollo del estado como centro minero, agroindustrial y en la formación del Camino Real de Tierra Adentro.

El módulo dedicado al trigo, con la curaduría de Yolanda Terán, presenta las tecnologías llegadas de Europa, así como la mano de obra necesaria para la molienda del grano, base de la alimentación de los conquistadores.

En la exhibición resaltan objetos orgánicos, como las plantas de maguey y el algodón, para que el público vea las materias primas con que trabajaban los molinos traídos a la Nueva España. Asimismo, se exhibe un nopal con el insecto de la grana cochinilla, del cual se extraía uno de los pigmentos más importantes en el comercio mundial durante el Virreinato, destacó Alma Parra.

Luego de presentarse en los museos de El Carmen, de la Ciudad de México, y el Museo Regional Potosino, la muestra se exhibe en el Museo de Guadalupe, ubicado en Jardín Juárez Oriente s/n, colonia Centro Guadalupe. Abierto de martes a domingo, de 9 a 18 horas. El costo de entrada es de 52 pesos.

LNY/Comunicado

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