Escenarios y retos políticos

JUAN GÓMEZ


El ajedrez político zacatecano se mueve con intensidad en estos momentos cuando avanza implacablemente el reloj de un sexenio que empieza a agonizar, pero que aún mantiene arena suficiente para intentar ganar los cuatro distritos federales electorales, que marcarían la preparación para la culminación del sexenio de Miguel Alonso Reyes.


El arranque del año inicia de manera agitada en tierra fértil para la movilización y el encono social, en donde los conflictos contenidos van soltando sus amarras para generar inestabilidad que será el elemento que alimente a una oposición partidista que intentará capitalizar en el discurso electoral de las campañas federales y estatales próximas.


La aprobación de la nueva ley del Issstezac en la que fue necesario incorporar a la policía antimotines al mando del general Jesús Pinto Ortiz, Secretario de Seguridad Pública del gobierno estatal, puso en evidencia que el gobierno de la entidad está dispuesto a utilizar la fuerza pública en los conflictos políticos y sociales para someter la presión social.


En un comunicado enviado este fin de semana a las redacciones de los medios de comunicación el mandatario estatal puntualiza lo siguiente:


“Lo que hemos hecho es actuar con responsabilidad histórica -dijo Alonso Reyes-, lo más fácil sería tratar de resistir lo que resta del sexenio y que el problema venga a los siguientes; sin embargo, asumí el costo político que representaba, pero también los beneficios que significan el darle viabilidad a la institución”.


Por otro lado la prolongada huelga en la Universidad Autónoma de Zacatecas es uno más de los conflictos que abonan al problemático inicio de las actividades del año en curso, en el que el rector Armando Silva Cháirez ha mostrado su incapacidad para resolverla, acción en la que de paso afecta a la estabilidad del estado.


Cabe mencionar que en la negociación que realiza el rector Silva con autoridades federales, ha excluido la participación de los sindicatos  universitarios quienes ignoran la propuesta que formuló en días pasados para renegociar el deudo histórico que rebasa los   mil millones de pesos, lo que constituye un error que podría trabar aún más la solución de la huelga universitaria.


Se suma a este escenario problemático el conflicto en el Instituto Zacatecano para la Educación de los Adultos (IZEA) que dirige el ex Secretario de Educación y uno de los protagonistas del sexenio de Arturo Romo Gutiérrez (1996-1998), José Manuel Maldonado Romero, quien al endurecer su postura en contra de los trabajadores que reclaman su incorporación al régimen de seguridad social, contribuye a la erosión de la imagen gubernamental.


A las movilizaciones de los actores de estos conflictos se han sumado otros actores que, de prolongarse, podrían arrastrar a otras expresiones sociales que hasta el momento se han mostrado ajenas.


El mandatario estatal está obligado en el corto plazo coadyuvar en la solución de la problemática política que registra el estado, a fin de evitar el deterioro de su administración pero sobre todo, evitar que los problemas se prolonguen y se conviertan en el ingrediente que capitalicen sus opositores.


Si bien es cierto que los errores o excesos que se cometan durante la actual administración serán aprovechados en su contra en las postrimerías del sexenio, lo es también el hecho de que un buen manejo de la política interna podría redundar en su fortalecimiento político.


En la generación de un buen escenario que permita una transición favorable para el gobierno de extracción priista, también recae en  el buen manejo y conducción de la política interna, y esta es responsabilidad también del actual Secretario General de Gobierno, Jaime Santoyo Castro.


¿Se podrán generar condiciones adecuadas para un eventual triunfo priista en las próximas elecciones y para una sucesión gubernamental sin sobresaltos?


Al tiempo.

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