La izquierda sin brújula y la herencia de José Revueltas

* La izquierda en la peor crisis ético/moral de su historia

* La recomposición de la izquierda y el nacimiento de Morena

* La izquierda inmoral y corrupta, una trágica fatalidad para Zacatecas

MANUEL IBARRA SANTOS

En el centenario del natalicio de José Revueltas (1914-1976),  el auténtico pensador marxista del siglo XX y el paradigma de hombre político de avanzada, la izquierda mexicana desaprovechó en el 2014 la oportunidad de formular -mediante la autocrítica y no la autocomplacencia -, una nueva ruta de identidad ideológica y se quedó sin brújula, sumida en una de las peores crisis de su historia, sometida ahora en un juicio brutal (por si algo le faltara), a la complicidad con el crimen organizado, como quedó documentado plenamente en Guerrero, Michoacán y otros Estados del país.

El aniversario del centenario del  natalicio del escritor José Revueltas pasó en silencio y de noche para la izquierda mexicana a la que perteneció por honestidad y convicción ideológica, pero a la que crítico con sistemática objetividad. Fue un hombre incómodo no sólo para el gobierno y el sistema político, sino también para sus compañeros “comunistas” y “socialistas” de esa época.

En 1962 escribió su memorable ensayo sobre un proletario sin cabeza y en él José Revueltas narra la presencia de una izquierda sin brújula, sin líderes honestos, sin ideología y dominados sólo por la ambición de ocupar los cargos públicos, pero alejados del sentir y de las necesidades del pueblo.

En la actualidad parece reproducirse ese escenario de farsa y tragedia en el que se ha desenvuelto la izquierda mexicana (en un círculo fatal) a través de su historia reciente. La situación se agravó con su evidente complicidad con el crimen organizado, como se demostró en el caso de la desaparición forzada de los estudiantes de la escuela Normal de Ayotzinapa (Guerrero).

En su obra Dialéctica de la Conciencia, José Revueltas, en su calidad de excepcional crítico del marxismo, acuñó un término peculiar para definir la confusión en que había caído la izquierda en el país, aprisionada entre el peso ideológico de la Revolución Mexicana y el comunismo soviético y le llamó a ese invento semántico “Locura Brujular”, una brújula cuya flecha da vueltas y vueltas sin encontrar el norte ideológico, producto del pragmatismo de los grupos burocráticos que viven sólo parasitariamente de los privilegios del poder.

Los hombres y los grupos de la izquierda –recordó José Revueltas con mordaz sinceridad- siempre quieren verse en el espejo de la derecha y, por si fuera poco, reproducen además sus métodos autoritarios de relacionarse con la sociedad. Un exceso, una desproporción y una debilidad de fondo.

En la visión de José Revueltas, podríamos decir en esa perspectiva que la izquierda padece hoy en día una patológica “Locura Brujular”, sin orientación ni identidad ideológica propia, afectada por la más profunda balcanización de su organización y secuestrada por un  excelso populismo y la fuerza de los caudillos carismáticos y autoritarios. Será el nacimiento de MORENA (Movimiento de Renovación Nacional) de López Obrador, la alternativa para reunificar a la izquierda. Sólo el tiempo lo dirá.

Las izquierdas y la alternativa para México

Resulta en estos momentos un imperativo para la nación redefinir a la izquierda política –si ésta desea sobrevivir como alternativa política-, como un proyecto de identidad social que recupere sus valores de justicia, democracia y legalidad, con un Estado eficiente que ponga en el centro la regulación de las relaciones de la sociedad, fundadas en la equidad. ¿Pero qué tipo de izquierda conviene a México?

La izquierda no es una sola, sino varias entre las que destacan las siguientes expresiones: Los tradicionalistas y ortodoxos; los nacionalistas revolucionarios; los posmodernos de izquierda; la izquierda socia-democrática;  los de izquierda religiosa;  la corriente populista; y los anarquistas radicales.

En la izquierda tradicionalista ortodoxa se encuentra a los marxistas-leninistas, maoístas, estalinistas, guevaristas, fidelistas y chavistas, entre otros. Todos estos le apuestan a la revolución violenta y creen en la doctrina científica del marxismo/leninismo, para otros calificada como una visión dogmática que riñe con las nuevas realidades sociales.

La izquierda social demócrata es la vertiente que rompe con el marxismo y asume como propios tres principios básicos: la economía de mercado, la democracia y el estado de derecho. En México esta expresión tiene una limitada tradición. Los nacionalistas revolucionarios, en cambio, son los paternalistas, proteccionistas y estatistas que se dicen herederos de los postulados del movimiento de 1910, que choca con las tendencias propias de la apertura y la globalización.

Los posmodernos de izquierda representan una expresión que se manifiesta en contra del racionalismo marxista y reivindican la defensa de las tradiciones comunitarias. En México esta vertiente la encarna la organización del EZLN y el Subcomandante Marcos. La teología de la liberación es, por otra parte, el prototipo de la izquierda religiosa.

Los partidos de izquierda y sus compromisos

En la década de los sesenta del siglo XX, José Revueltas subrayó la necesidad de superar la imagen de los partidos de izquierda, sobre todo de aquellos que se quedaron atorados como franquicias para la venta corrupta de cargos públicos,  a políticos deshonestos que saltan sin pudor de un espacio a otro.

La izquierda frente a la sociedad, además de la exigencia de autodefinirse en términos ideológicos y morales, tiene al menos tres retos adicionales: 1) recuperar el compromiso de lucha en contra de la desigualdad; 2) privilegiar el principio de la legalidad; y 3) reivindicar el papel del Estado como regulador eficiente de las relaciones justas de la sociedad.

¿Dónde está la izquierda en Zacatecas?

En Zacatecas es evidente que se requiere la conformación de un núcleo de fuerzas de izquierda realmente auténtico, no camuflado en la mezquindad de la corrupción, del caudillismo caciquil y la simulación ideológica, que ayude en realidad a la transformación política y económica de la entidad. ¿Dónde se encuentra esa izquierda? ¿Quién la representa?

La izquierda partidaria (–Sobre todo la que no se acompañó de novedad ideológica y ética, que llegó sin propuesta alternativa, sólo con más de lo mismo-), se constituyó para Zacatecas en una tragedia y una fatalidad. Esa reincidencia se tendrá que evitar, si es que el pueblo tiene memoria colectiva.

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