La Reforma Energética, la izquierda y el nuevo proyecto de país

* El fracaso estrepitoso de la izquierda y el triunfo de Gómez Morín
* El debate histórico de los intelectuales en Zacatecas. Una anécdota
* El éxito o fracaso dependerá de cómo se instrumente la reforma

MANUEL IBARRA SANTOS

Sin mayores resistencias ni contratiempos – más allá de los “ismos” ideológicos-, ha triunfado en el Congreso de la Unión el proceso legislativo de reforma energética y de manera simultánea, con ello, se inicia el trayecto histórico de un nuevo proyecto de país, que desmantela y sustituye al viejo modelo de Estado fundado a partir del acuerdo popular, corporativo y nacionalista construido por Lázaro Cárdenas a partir de 1938, cosa nada menor y si de gran trascendencia. Hasta los rituales cívicos se tendrán que modificar con esto.

Bajo hechos consumados, sólo el tiempo y las evidencias empíricas nos dirán si esto en realidad será para bien o mal de los mexicanos. El otro dilema es conocer cómo se instrumentará la reforma, quién, de qué forma y bajo qué intereses de grupo. Esto resultará esencial para determinar su éxito o no, cuando con la disputa del control del petróleo está en litigio también el control de la Nación.

El debate parlamentario de la reforma energética ha privilegiado la discusión de algunos principios entre los que destacan los siguientes: 1).-La competencia y libre concurrencia entre empresas del Estado y particulares; 2).-Transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción en el sector; 3).-La Protección del medio ambiente; 4).-La consolidación de la propiedad de la nación en materia de hidrocarburos; y 5).-el fortalecimiento de los organismos reguladores y la transformación de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.

En tiempo récord, en la LXII Legislatura Federal, se discutieron y aprobaron por mayoría 21 leyes secundarias agrupadas en nueve grandes iniciativas, en un proceso parlamentario de reforma Constitucional que fue avalado desde el año 2013 por el Senado, la Cámara de Diputados y la mayoría de las legislaturas estatales.

En el período extraordinario realizado por la Cámara Federal de Diputados fueron aprobadas al menos ocho leyes adicionales que fortalecen la reforma y que son las siguientes: i).-Ley de Hidrocarburos; ii).-Ley de la Industria Eléctrica; iii).-Ley de Órganos Reguladores Coordinadores en materia energética; iv).-Ley de Pemex y de la CFE; v).-Ley de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección al Medio Ambiente; vi).-Ley de Energía Geotérmica; vii).-Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos; y viii).-Ley del Fondo Mexicano del Petróleo.

En los hechos, la reforma concreta la apertura del sector energético a la inversión privada nacional y extranjera, fortalece los mecanismos de transparencia en contra de la corrupción sistémica de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, estimula el apoyo en materia de innovación científico/tecnológica y auspicia la protección del medio ambiente.

El papel de la izquierda y su derrota histórica

Para muchos observadores y estudiosos, la aprobación de la reforma energética se ha constituido en una derrota estrepitosa para las izquierdas y en un hecho que ha tocado el corazón y ha cimbrado las estructuras políticas del país.

En este proceso, la bandera de la izquierda se mantuvo en la línea de la recuperación y reivindicación de la figura de Lázaro Cárdenas, pero en la discusión de fondo se ausentó de los espacios responsables del debate. Eso permitió que la negociación se dejara finalmente en manos del PRI, del PAN y sus aliados y que el diferendo histórico entre Cárdenas y Gómez Morín se resolviera a favor de este último.

El año pasado, al oponerse a las reformas constitucionales, algo similar le pasó: Se quedó la izquierda atorada en su oposición sistemática a debatir racionalmente, en aras de buscar la inercia de la confrontación y la estridencia. Y así, después, poco pudo hacer frente a la mayoría aplastante que como aplanadora integraron el PAN, el PRI y el PVEM.

La izquierda se quedó, por tal motivo, amarrada en la dinámica de los intereses facciosos, en sus dogmas y prejuicios. Y eso no la exime de su papel en este proceso histórico y también es responsable de lo que ha pasado a la fecha, más aún cuando en comisiones en el Congreso de la Unión aportaron modificaciones que fueron tomadas en cuenta y en las legislaturas estatales, en el 2013, muchas de esas expresiones políticas se sumaron a la tendencia reformista.

El debate histórico en Zacatecas: Una anécdota

En 1940, el presidente Lázaro Cárdenas, casi al terminar su mandato, realizó reformas constitucionales para permitir la presencia de inversión extranjera en la industria petrolera. En esas fechas, un grupo de zacatecanos de filiación humanista, como se denominaban, encabezados entonces por el maestro del Instituto Ciencias, Genaro Borrego Suárez del Real, se opusieron porque –argumentaban- que lo que pretendía el gobierno mexicano era entregar la riqueza energética al imperio norteamericano. Con esa iniciativa cuestionaron también de fondo la expropiación de 1938 y esa generación de zacatecanos fue perseguida políticamente por sus ideas y otros integrantes más fueron desterrados de la entidad por los caciques de la época.

La rectoría del Estado

Ante la reforma energética inminente será fundamental la rectoría firme, honesta y enérgica del Estado Mexicano, para impedir los excesos y la acumulación de riqueza en unas cuantas manos. De lo contrario, el fracaso resultará desastroso para la Nación.

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