La deuda, las tasas y el buró

Más allá de las tronantes “revelaciones” de sobornos a diputados y diputadas de la LX legislatura en la aprobación del megacrédito, durante la última sesión ordinaria del segundo período ordinario de sesiones, el tema central es, indudablemente, la aprobación del empréstito por cuatro mil 895 millones de pesos que solicitó el gobernador Miguel Alonso Reyes para la reestructuración financiera de la administración pública estatal.
El tema ha estado campeando entre la sociedad zacatecana, entre analistas financieros, políticos de café y especialistas en rumorología, lo que es un indicativo no solo del interés en la res pública, sino de la preocupación que hoy desborda a constructores, proveedores, comerciantes, medios de comunicación y a todos aquellos que directa o indirectamente dependen de la economía doméstica.
Y es que la economía que generan las actividades del gobierno del estado –particularmente en la capital- tiene una influencia decidida, abrumadora, en las finanzas del sector privado zacatecano en sus diferentes expresiones.
Las circunstancias económicas del país y el deterioro acelerado de la economía zacatecana, producto del rezago ancestral de décadas por falta de compromiso y por la corrupción de la mayoría de sus gobernantes, mantienen en una estrecha dependencia a las finanzas de las familias zacatecanas. Esa es la cruda realidad.
En diciembre pasado el congreso, entre gritos y “garrotazos” y una que otra mentada de madre, aprobó por mayoría el presupuesto de más de 21 mil millones de pesos, lo que muchos “optimistas” calificaron como “histórico” porque superaba (malditas comparaciones mediocres) al de la administración anterior.
Todo parecía que marchaba bien…
Pero la falta de recursos frescos a las arcas estatales prácticamente ha paralizado la actividad económica de Zacatecas, que ya entró en una crisis financiera cuyas repercusiones se han empezado a manifestar en distintos ámbitos.
La actual administración lleva más de 10 meses culpando del estado de cosas al gobierno de Amalia García Medina, pero muchos zacatecanos y zacatecanas se preguntan ¿hasta cuándo asumirá el actual grupo gobernante su responsabilidad de gobernar?
El secretario de Finanzas Alejandro Tello Cristerna declaró a los medios de comunicación que será hasta agosto, cuando podrían ser liberados los primeros dos mil millones de pesos que vendrían a darle un aire fresco a la economía zacatecana. Es mucho tiempo cuando se está en crisis.
Sin embargo la actual administración nos debe una explicación:
¿Porqué los más de 21 mil millones de pesos que se aprobaron para el presupuesto de egresos no han podido reactivar la economía zacatecana?
Si sumamos los casi cinco mil millones de pesos estaríamos hablando de prácticamente 26 mil millones de pesos que se habrían destinado en un año a Zacatecas, pero los efectos de este cuantioso presupuesto no se observan en la reactivación de la economía local, todavía.
El gobernador Miguel Alonso Reyes estará rindiendo su primer informa de gobierno dentro de mes y medio y en ese lapso, no se observa que la reactivación de empleos, inversión y obra pública pueda repuntar en el estado.
Es más, los zacatecanos tampoco saben nada de la organización de la Feria Nacional de Zacatecas.
La tasa de interés bancaria (TIIE)
Otra incógnita que se observa en la perspectiva financiera es la tasa bancaria que las instituciones crediticias impondrán al crédito que se otorgue.
El secretario de Finanzas Alejandro Tello ha dicho optimistamente que espera que sea una tasa preferencial, esto es, una tasa que se ubique en la TIIE más uno o en TIIE más dos, que sería lo mejor que podría pasarle a la actual administración.
Empero hay que tomar en cuenta que el gobierno de Zacatecas en estos momentos está catalogado como una de las entidades públicas peor calificadas por Standard & Purs y por Moodies, calificadoras internacionales que habrían dado en las dos administraciones pasadas (la de los ex gobernadores Ricardo Monreal y Amalia García) las mejores calificaciones por su buen comportamiento y por el buen manejo de la deuda gubernamental.
Pero la decisión de no pagar el crédito con el Banco Nacional de México (Banamex) propició que el gobierno de Zacatecas fuera enviado al buró de crédito y boletinado a nivel internacional.
Dicha acción fue ejecutada para evidenciar una irregularidad de la ex gobernadora Amalia García Medina y fincarle responsabilidad administrativa, pero el daño que se causó a la imagen del gobierno fue mayor porque, de todas maneras la actual administración tuvo que pagar a la banca y además, la ex mandataria no ha podido ser sancionada por la Contraloría Interna a cargo de Guillermo Huizar Carranza.
El no pago a la banca privada es lo que mantiene en alto riesgo de que Zacatecas no pueda obtener una tasa preferencial, mientras que la Suprema Corte de Justicia de la Nación revisa el amparo que solicitó la ex gobernadora para protegerse de la sanción administrativa del actual gobierno.
Ambas acciones son una bomba de tiempo en sendos sentidos.
¿Cómo ser recordado?
El gobernador Miguel Alonso Reyes llegó a la gubernatura estatal con la votación más grande en la historia electoral zacatecana. La legitimidad del mandatario nunca ha estado en duda y se constituyó en su fuerza política.
La simpatía que ganó entre la población y la fuerza de su imagen de político joven, arrastró la victoria de muchos y muchas que, de otra manera y bajo otras circunstancias, no habrían logrado el triunfo en municipios y  distritos electorales.
Pero la ausencia de un análisis más agudo, profundo y generar escenarios de crisis que permitan anticipar situaciones y tomar decisiones oportunas, han  propiciado un desgaste prematuro en el ejercicio del poder del Ejecutivo.
Los asesores del gobernador Miguel Alonso lo han orillado a tomar decisiones precipitadas y entrar a terrenos de la confrontación prematura, lo que ha distraído la atención del mandatario y lo han colocado en un escenario de desgaste.
¿Acaso no era mejor tener primero el control político del estado, generar el reordenamiento económico, fortalecer su relación con el Ejecutivo federal y después aplicar la Ley?
Desde el inicio de su administración el gobernador  Miguel Alonso Reyes le ha impuesto dos sellos a su administración: la confrontación con la ex gobernadora Amalia García Medina y la solicitud del “megacrédito” por casi cinco mil millones de pesos.
La pregunta es:
¿Cómo quiere el gobernador Miguel Alonso Reyes ser recordado por los zacatecanos?
Al tiempo.
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