El PRD por un medio ambiente sano y socialmente justo

Entre los principales propósitos de la Plataforma del PRD, está generar un modelo de desarrollo, que pase de la retórica a la acción en lo relativo al desarrollo, para buscar el tránsito hacia la sustentabilidad.
Nuestra situación actual está caracterizada por un modelo económico que ha recrudecido la crisis ambiental, dado que sus patrones de producción y consumo no son sustentables.
Bajo este paradigma, es absurdo hablar de una explotación racional de los recursos naturales porque si previamente no resolvemos la satisfacción de las necesidades básicas colectivas como alimentación, empleo, salud, vivienda, educación, etc., es imposible hablar de Desarrollo Sustentable.
Sin embargo, de momento, tenemos la opción de ir trabajando en acciones paralelas dirigidas a amortiguar el impacto que la sociedad ejerce sobre los ecosistemas naturales y reorientar el rumbo hacia un modelo de desarrollo que salvaguarde la comunidad de la vida.
Por supuesto, el problema ambiental es abarcador y está íntimamente ligado al conjunto de problemas sociales: Al respeto de los derechos humanos, la equidad de género y, a final de cuentas, a la lucha contra el actual modelo de globalización, por lo que la cruzada por el medio ambiente es un eje de la política como herramienta que procure el bienestar colectivo.
En México, hacer compatible ecología y desarrollo es uno de los grandes retos para todos los gobiernos en cualquiera de sus ámbitos; lograr que la calidad de vida de la ciudadanía y el crecimiento económico no se obtengan a costa del deterioro del medio ambiente y de la discriminación y exclusión social. Por el contrario, debemos aparejar las políticas públicas en materia ambiental con la atención de los grupos vulnerables y con las políticas de desarrollo social.
Hasta ahora, el tema ambiental se encuentra subordinado a la política y a la economía; si nuestro objetivo es resolver de fondo los problemas ambientales, debe profundizarse sobre sus causas estructurales, cuyo origen nace de decisiones políticas y económicas equivocadas; no podemos asumir los problemas ambientales y su resolución únicamente como tales, es decir, al concebir a la ecología y su deterioro, como un factor aislado del conjunto de la estructura socioeconómica y sin profundizar en sus causas.
A nivel económico, las repercusiones negativas del agotamiento de los recursos naturales y la degradación del medio ambiente como consecuencia del proceso productivo, en cierta medida, son cuantificables: el INEGI, ha informado que nuestro país experimenta perdidas en su Producto Interno Bruto de dos billones 205 mil 653.1 millones de pesos, derivados del impacto ambiental ocasionado por la producción de bienes y servicios entre los años 2005 y 2009. Según las Cuentas Económicas y Ecológicas de México, 2005-2009, en valores corrientes, el Producto Interno Neto Ecológico (PINE) alcanzó los nueve billones 682 mil 400.9 millones de pesos, en contraste con el Producto Interno Bruto de 11 billones 888 mil 54 millones.
El cálculo del Producto Interno Neto Ajustado Ambientalmente nos dio a conocer también que durante el 2009 el costo económico que se tendría que asumir para generar bienes y servicios que ambientalmente sean sustentables es del 7.9% del Producto Interno Bruto. Este rubro es equivalente a los costos por agotamiento de los recursos naturales y degradación ambiental, que sumaron un monto de 941,670.3 millones de pesos.
Por supuesto, estas cifras no resultan muy alentadoras, lo que nos debe llevar a reorientar la política ambiental bajo una concepción integral y de aplicación transversal: el esquema centralista de políticas públicas ha demostrado sus limitaciones e insuficiencia, por lo que debemos intensificar la participación de los municipios del país para generar las condiciones, mediante las cuales, sus políticas ambientales apuntalen y den consistencia a la política nacional.
El cuidado del medio debe convertirse en una prioridad para las administraciones municipales y así lo han recomendado diversos organismos internacionales que se especializan en temas de desarrollo. Los municipios constituyen la célula indispensable en la materialización de los programas, planes y acciones a emprenderse con miras a lograr el paradigma de la sustentabilidad. Como ejemplo, entre los lineamientos delineados por la Unidad de Sostenibilidad de las Naciones Unidas (PNUMA), destacan:

Minimizar el consumo de recursos naturales (incluidas el agua y la energía) y adaptar la demanda a los recursos disponibles a nivel local.

-Beneficiar a la comunidad local desde el punto de vista económico, social y ambiental; y promover el desarrollo local sostenible.

-Sensibilizar a la comunidad local en relación con la sostenibilidad y comunicar claramente a todos las metas y medidas adoptadas para que el impacto ambiental sea mínimo.

Estamos ante la necesidad de originar un cambio de fondo mediante la adopción, diseño y consolidación de una política ambiental que mejore las condiciones de vida de la población, sustentada en parámetros medibles y acordes a nuestra realidad: las políticas públicas no pueden estar bajo un esquema centralista, de carácter vertical y al margen de la población.
Por el contrario, la autoridad municipal debe ser la transmisora de la sensibilidad y aspiraciones sociales y que los ciudadanos sean agentes protagónicos en el diseño de las políticas para la gestión ambiental; todo ello, a partir de una visión multidisciplinaria e interinstitucional donde los recursos públicos sean ejercidos con honestidad y eficacia.
El fortalecimiento de las competencias ambientales de los poderes locales a partir del desarrollo del marco legal en la materia, resulta indispensable. En este empeño, Zacatecas ha dado un paso muy importante al aprobarse la Iniciativa de Reforma de la Ley  Orgánica del Municipio del Estado de Zacatecas, que presentamos conjuntamente los Diputados locales del PRD, para que los Municipios cuenten con una dirección, área o instancia específica para la gestión medioambiental.
De esta forma el Partido de la Revolución Democrática, reafirma su vocación democrática y su compromiso con el presente y el futuro de los zacatecanos; con un entorno natural sano y socialmente justo.
Sin embargo, la solución de fondo para construir una sociedad sustentable, sólo puede construirse a partir de la concientización e involucramiento pleno de los ciudadanos en esta gran encomienda.
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