El PRD en Unidad y proyectado

Este fin de semana, el Partido de la Revolución Democrática dio un gran paso para relanzarse como la plataforma del movimiento social más importante del norte del país, al llevar a cabo un proceso de renovación de su dirigencia de manera impecable y donde prevaleció la Unidad y un clima de respeto bajo un espíritu integrador. A partir del sábado, el PRD inicia una nueva etapa de reconstrucción para recuperar su esencia democrática y social y constituirse como un partido de avanzada y cercano a la sociedad zacatecana.
Pese a las dudas y a los pronósticos adversos, el PRD dio una lección de madurez y congruencia con sus principios: desterró de forma contundente, gracias a una convicción mayoritaria, toda pretensión y tentación hegemónica; donde todos los grupos hicieron sentir su voz y fueron decisorios en el cambio de presidencia, secretaría general, mesa directiva o secretariado del CEE y delinear el rumbo próximo del partido.
Un factor determinante en la vitalidad de un partido, radica en una presencia efectiva de las mayorías en la toma de decisiones; sabemos que personalizar de manera autocrática lo que debería ser consenso de todas las partes involucradas, es la ruta segura de perder autoridad moral como partido ante la población, preámbulo de futuras derrotas electorales.
Por el contrario, en esta ocasión, el PRD zacatecano, motivado por un deseo de integrar a todas sus corrientes y personalidades, no ignoró lecciones anteriores y evitó lo que sería sufrir las consecuencias lógicas de un posible proceso interno desaseado, es decir, situación de caos y desequilibrio político debido a un simple reparto del poder bajo una lógica vertical y eminentemente pragmática.
Nuestro flamante dirigente estatal, Gerardo Espinosa Solís, convocó a la ciudadanía y a la militancia para que se acerquen nuevamente al PRD; señaló que en adelante la vida partidista estará marcada por la inclusión y la participación activa de todos, a la vez que dibujó los ejes estratégicos para erigirse como una oposición propositiva y responsable pero crítica y combativa: “el PRD será una oposición firme, pero no enemigos del gobierno.”
Así mismo, la nueva dirigencia está comprometida a mantener una postura intransigente frente a la corrupción y malos manejos públicos, principalmente, respecto a nuestros propios gobiernos y que procedan siempre por el bienestar general. Además de tejer un vínculo permanente con el sentir de la base y la sociedad, porque la lección tiene que ser asimilada a cabalidad por la izquierda zacatecana: cuando los principios se sobreponen a los intereses grupales o facciosos, podremos tener un accionar concertado que haga posible que la sociedad confíe plenamente en nosotros. Afortunadamente, con el resultado de esta renovación, en el PRD se respira la oxigenación política que ya se requería con urgencia en nuestros procesos internos.
Enhorabuena para un partido de izquierda que privilegió la participación conjunta, libre y soberana de las mayorías. Ahora queda el camino franco para establecer una nueva relación con la sociedad e inicia una recomposición del PRD que, sin duda, no estará exenta de dificultades, pero ahora vamos por el camino correcto de acercar al partido con la gente y ponerlo a su servicio; porque hoy en día, la política y su clase dirigente ocupa los últimos lugares de credibilidad entre los ciudadanos.
A pesar de sus fallas y errores, la proyección del PRD como catalizador de las izquierdas en Zacatecas, resulta imprescindible para mitigar los efectos del modelo neoliberal aplicado en México, que agrava la desigualdad y pobreza entre la población; tenemos que revertir las condiciones de atraso y marginación del pueblo zacatecano, construyendo propuestas alternativas que reconozcan la integridad de los derechos ciudadanos y fortalezcan la democracia como forma de gobierno y como forma de vida. Para ello la izquierda tiene que retomar lo mejor de su herencia histórica, adquirida en décadas de lucha social.
Un partido sólido nos permitirá participar en la búsqueda de nuevos caminos realistas, pacíficos y viables de transformación. Como recientemente señaló la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en su visita a México: “un Estado se fortalece a través de fortalecer los derechos de su pueblo y solo a través de proteger los derechos humanos el pueblo puede confiar y apoyar a sus gobiernos.”
El PRD, como partido político de vocación social y libertaria, tiene interiorizado este compromiso en Zacatecas.
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