Juárez: entre el fracaso y el consuelo

La marcha que inició el sábado pasado rumbo a Ciudad Juárez  conlleva un simbolismo enorme: 17 años de feminicidio impune. Juárez es sin duda el mayor fracaso gubernamental de dos siglos.
Ahí es donde cientos de personas quieren llevar el consuelo de la acción ciudadana, cobijada con el grito de ya basta.
Juárez es donde cientos de madres se volvieron activistas en busca de justicia para sus hijas, donde cientos de madres buscan que sus hijas regresen a casa, donde cientos de mujeres construyeron Casas Amiga, donde han establecido una Mesa de Mujeres para seguir luchando por la justicia.
Aquí es donde llegará este próximo sábado 11 la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad.
Juárez se mueve entre el fracaso de los gobiernos y el consuelo que le permite seguir de pie.
Para finales del siglo XX el seguimiento puntual de Esther Chávez Cano a través de las notas policiacas de los periódicos locales evidenció en 1993 el asesinato sistemático de mujeres en esa ciudad, ningún gobierno, ni local, estatal o federal, actuaron a tiempo y con éxito.
La primera respuesta fue culpabilizar a las víctimas por su tipo de vida, por su vestimenta, a tal grado que provocó la primera recomendación de la CNDH por una investigación machista.
Hoy se les culpa por salir de noche, por ser jóvenes con ganas de divertirse, por pasar por las calles cuando ocurría una balacera.
Para 2010 nuevamente Juárez puso en evidencia el fracaso de las políticas de gobierno que se han puesto en marcha con mucho bombo y platillo pero con nula efectividad.
Ante la exigencia femenina nacional e internacional, los gobiernos tuvieron que actuar, crearon una Fiscalía estatal y otra federal, se crearon comisiones especiales tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, se destinaron recursos sin que estas acciones detuvieran la violencia de género contra las mujeres.
Tal es la ineficacia que sólo Ciudad Juárez concentra 141 recomendaciones tanto nacionales como internacionales para que los gobiernos actúen y protejan a la sociedad civil, a mujeres y jóvenes.
A esta violencia feminicida ya existente en Juárez se sumaron o fortalecieron otras violencias con resultados igualmente dañinos y con respuestas gubernamentales tan poco efectivas como las puestas en práctica  para “detener” –dijeron las autoridades en turno– los asesinatos contra mujeres.
No es casual que el destino final de esta Caravana del Consuelo sea Juárez, pues a los cientos de mujeres asesinadas en 17 años se suma la terrorífica cifra de tres mil cien sólo en 2010, donde sin duda hay cientos de mujeres más. Entre esa cifra están 14 jóvenes acribillados en Villas de Salvárcar, en enero de 2010.
La Caravana del Consuelo no es sólo el consuelo de quienes han perdido a una hija o familiar, es la esperanza de que la ciudadanía organizada rompa los muros de la soberbia gubernamental.
La conclusión de esta Caravana en Ciudad Juárez no es sólo por los miles de homicidios de 2010 sino por los 17 años de impunidad e ineficacia gubernamental para garantizar una vida libre de violencia para las mujeres. Es por el asesinato impune de Marisela Escobedo, de Susana, de Rubí y de cientos de mujeres más.
Es por la inacción gubernamental para cumplir con la sentencia de Campo Algodonero, es para rescatar de la memoria el grito de hace poco más de tres lustros… ni una más.
* Directora general de CIMAC AC.
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